El diagnóstico de diabetes gestacional ha venido basándose durante décadas ya sea, en criterios para predecir el riesgo de la madre de desarrollar diabetes tipo 2 en el futuro, o en los utilizados para mujeres no embarazadas.
Pero la diabetes gestacional también implica un riesgo para el bebé. Además, sigue sin estar claro a partir de qué nivel la glucemia materna implica riesgo para el feto.
Las opiniones de los expertos sobre cuándo realizar revisiones para detectar diabetes gestacional están divididas: mientras que algunos creen que una hiperglucemia leve aumenta el riesgo para la salud del bebé, otros afirman que dichas ligeras elevaciones de la glucemia no tendrían efectos adversos, y que deberían abandonarse los esfuerzos sistemáticos por diagnosticar la diabetes gestacional.
El Estudio HAPO fue diseñado para responder a la pregunta de si una intolerancia a la glucosa por parte la madre que no cruce los umbrales establecidos para el diagnóstico de diabetes implica algún riesgo de resultados adversos para el bebé.