Los médicos que atienden personas con diabetes están conscientes de que los problemas de la vida sexual son muy frecuentes, tanto en hombres como en mujeres, y representan motivo de preocupación, ya que afectan la vida en pareja y la calidad de vida.
En los hombres, la alteración sexual más asociada con la diabetes es la disfunción eréctil, que se define como la incapacidad para alcanzar o mantener la erección.
Desde hace décadas se han realizado encuestas en diferentes países que demuestran que la frecuencia de disfunción eréctil ocurre a menor edad y es tres veces mayor en hombres con diabetes, la cual aumenta con la edad (de 1 a 10 por ciento en menores de 40 años y de 50 a 100 por ciento en mayores de 70 años).
Con el aumento mundial en el número de personas con diabetes, se calcula que, a consecuencia de dicha enfermedad, en el 2025 habrá 322 millones de hombres con disfunción eréctil.
Mientras que en el caso de las mujeres aún existe la necesidad de contar con más información acerca de los trastornos sexuales propios de su género, en 2002 una encuesta realizada en Bélgica demostró la importancia de estar enteradas acerca de estos trastornos, ya que la disfunción sexual en mujeres con diabetes incluye: desórdenes del deseo sexual, problemas para llegar al orgasmo, coito doloroso (dispareunia) y depresión.
A lo anterior se le suma la edad, el grado de descontrol de las dislipidemias, hipertensión arterial, obesidad y sobrepeso, tabaquismo, vida sedentaria, daño de los nervios que controlan funciones como el ritmo cardiaco y la digestión (neuropatía autonómica), así como el consumo de algunos medicamentos anti-hipertensivos, diuréticos, antidepresivos o fibratos.
Es importante señalar que las medicinas para controlar la glucosa en sangre no afectan ni se asocian con alteraciones sexuales. Cada tratamiento debe ser individualizado, pero uno de los elementos fundamentales para mejorar dichos trastornos es manteniendo estables los niveles de azúcar en sangre del paciente. Esto se logra con medidas que pueden o no requerir medicamentos.
Actualmente evidencias científicas realizadas en México por Laboratorios Silanes, han demostrado la efectividad y seguridad de tratamientos orales combinados de prescripción para el control adecuado de la Diabetes Tipo 2, tal es el caso de la combinación de los principios activos Metformina, que es uno de los antidiabéticos más populares del mundo desde 1980 porque ayuda a que el hígado produzca menos glucosa, y la Glimepirida, la cual se especializa en estimular a las células Beta del páncreas para que produzcan más insulina.
Fuente: Dr. Joel Rodríguez Saldaña