El pasado mes de enero EL CORREO recordaba en su sección El Correo hace 25 años la lectura de la tesis doctora de Bartolomé Burguera, un compostelano licenciado en la Facultad de Medicina de la USC. Aquella brillante lección tuvo como título Regulación por glucocorticoides e estróxenos da secrección de hormona de crecimiento y fue leída ante un tribunal presidido por el catedrático de Fisiología de la Universidad de Córdoba, Enrique Aguilar.
Ahora, un cuarto de siglo después, Bartolomé Burguera se ha convertido en uno de los más prestigiosos endrocrinólogos y se ha convertido con sus investigaciones en un revolucionario de esta especialidad en Estados Unidos, donde ejerce desde hace 25 años excepto tras un intervalo de nueve años en el que desarrolló sus estudios en Palma de Mallorca.
Esta brillante carrera, que está centrada en la obesidad mórbida y la diabetes, es la que ha propiciado que este especialista compostelano se cuenta ya como uno de los miembros del exclusivo Club de los Gallegos del Año.
Burguera nació en Santiago de Compostela y cuenta en la actualidad con 51 años, está casado, tiene dos hijos y reside en la ciudad norteamericana de Cleveland, donde es director de los programas contra la obesidad en el Endocrinology and Metabolism Institute Cleveland Clinic.
Actualmente su principal interés científico es la puesta en marcha de un programa similar al Tramomtana, de abordaje médico interdisciplinar para pacientes obesos mórbidos que no son candidatos a cirugía bariátrica. Igualmente y como director médico del Institute Bariatrico (BMI), colabora con el doctor Schauer tanto para optimizar el estado de los pacientes obesos antes de someterse a cirugía bariátrica, como para desarrollar tratamientos médicos alternativos a cirugía y de seguimiento, en pacientes que no responden a las intervenciones bariátricas.
Currículo. Tras concluir sus estudios de Medicina en la USC y realizar su tesis doctoral tuvo la oportunidad de realizar un postdoc en Estados Unidos. En concreto, trabajando con los doctores Caro y Pories en Carolina del Norte donde se desarrollaron los primeros estudios mostrando el efecto beneficioso de la cirugía bariátrica como importante herramienta en el tratamiento de la obesidad y la diabetes, en la década de los 90.
Posteriormente realizó otro periodo posdoctoral en el NIH antes de comenzar su formación clínica en Norwalk Hospital (Universidad de Yale) y en la Clínica Mayo. Durante sus años como fellow en la Clínica Mayo tuvo la oportunidad de realizar contribuciones significativas al papel de la leptina en la regulación de apetito en humanos. Posteriormente el doctor Burguera trabajó como endocrinólogo en la Universidad de Boston, y en la de Pittsburgh donde dirigió la Clínica de Obesidad y comenzó una fructífera colaboración científica con el cirujano bariátrico Phil Schauer, evaluando tanto el impacto de la cirugía bariátrica en la resolución de la diabetes, como el papel de ghrelin en la regulación de apetito tras la cirugía.
En el año 2004 se trasladó a España donde dirigió la Unidad de Investigación del Hospital de referencia en Palma de Mallorca y puso en marcha dos importantes ensayos clínicos.
En el verano del 2013 regresó a Estados Unidos, tras aceptar la posición de director de Programas de Obesidad del Institute de Endocrinología en la Cleveland Clinic.