Google negocia con la farmacéutica Novartis el diseño y comercialización de un glucómetro o medidor de la glucemia (concentración de azúcar en sangre) por medio de una lentilla que dispondría del ‘wereable’ o dispositivo capaz de percibir ese valor y que, incluso, ofrecería la posibilidad de conectarse con una bomba de insulina que llevaría igualmente consigo el paciente con diabetes, si bien este extremo aún no está confirmado más que como una atractiva hipótesis de trabajo.
Esta novedad ha sido difundida por el ingeniero y biomédico español Iñaki Larraya durante el XXXII Seminario-Congreso Nacional de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) celebrado a mediados del mes en el Palacio Baluarte de Pamplona. El propio Larraya ha asegurado que otras multinacionales también compiten por idear e introducir en el mercado el glucómetro ideal para el control de esta variable en pacientes con diabetes, caso de Samsung y Apple.
Por otra parte, la semana pasada comenzó a funcionar –según indicó este ingeniero– su proyecto personal Appdemecum, un vademécum de aplicaciones móviles de salud dirigido a profesionales que les permite prescribirlas a los pacientes, quienes reciben la receta por vía electrónica y se la descargan con ayuda de su conexión a internet. Se trata, según reza el propio portal, de una de las mayores bases de datos de apps de salud, y ofrece como garantía haberlas contrastado y seleccionado de forma previa.
Medicina menos reactiva y más personalizada
Larraya, quien dio a conocer la iniciativa en el mismo foro, ha explicado que, si la tecnología informática sigue el ritmo evolutivo demostrado durante la primera década de los 2000, pronto llegará a la sociedad “una Medicina menos reactiva” y más enfocada en el autocuidado a la que se ha referido como “de las cuatro P: participativa, personalizada, predictiva y preventiva”. De ahí la idea de crear un buscador para médicos que les sirva, a su vez, para recomendar las aplicaciones que deseen a sus pacientes.
La innovadora web de Larraya se ha inspirado, según él mismo ha puntualizado, en algunos sondeos llevados a cabo entre cientos de enfermos de los que se deduce que muchos de ellos no utilizan las apps relacionadas con su patología pero sí lo harían en el caso de que un profesional de la salud se las prescribiera.
En concreto, el ingeniero citó un estudio realizado el pasado mes de septiembre de Estados Unidos a 979 pacientes en el que se les interrogaba sobre si recurrían, en su vida diaria, a algún modo de monitorizar sus constantes vitales u otras variables de interés médico (por ejemplo el peso o la dieta) con ayuda de dispositivos wereables (dispositivos que se incorporan al cuerpo e interaccionan con el usuario) o bien apps.
De los encuestados, el 25,1 por ciento aseguró que, en efecto, aprovechaba esta tecnología (de éstos, el 11 por ciento hacía uso de wereables y, el resto, de apps); el 44,3 por ciento no los usaba pero lo haría si un profesional sanitario se lo prescribiese; y, por último, el 57,1 por ciento respondió que los utilizaría si eso se tradujera en primas o bonificaciones para su seguro de salud.