Científicos israelíes de la Universidad de Ben Gurion encontraron una relación clara entre la diabetes tipo II y la propensión a desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Desde hace algún tiempo, los médicos y neurólogos han sugerido que las personas con diabetes son más propensas a desarrollar enfermedades neurodegenerativas que los individuos no diabéticos, pero no pudieron probar su hipótesis. Ahora, los científicos israelíes de la Universidad de Ben Gurion de Israel en el Neguev encontraron una relación clara entre la diabetes tipo II y la propensión a desarrollar la enfermedad de Parkinson.
Durante un período de tres años, el doctor Yifat Miller y su estudiante postdoctoral Yoav Atsmon-Raz trataron de explicar cómo la diabetes tipo II, también conocida como diabetes de inicio tardío, podría afectar al cuerpo de una manera que lo haría más susceptible a desarrollar una enfermedad neurodegenerativa.
Mientras que con problemas como el accidente cerebrovascular, un ataque al corazón, la ceguera y las enfermedades renales se conocían sus complicaciones asociadas con la diabetes de tipo II, aún no se había confirmado que la deficiencia de insulina planteaba científicamente el riesgo de contraer una enfermedad neurodegenerativa. En la actualidad, el descubrimiento revolucionario de Miller podría darle sentido a la conexión mortal entre la diabetes y las enfermedades neurodegenerativas.
El componente clave para descubrir el eslabón perdido entre las enfermedades fue una nueva observación, hecha por Miller y Atsmon-Raz, en relación con la enfermedad de Parkinson.
Basando su investigación en estudios anteriores, Miller descubrió que una hormona puede causar Parkinson en los pacientes con diabetes.
Miller reveló por primera vez el mecanismo de la formación de grumos en el cerebro que conduce a la enfermedad de Parkinson.