«Quien sabe de diabetes, sabe de Medicina; porque la diabetes afecta al ojo, a los vasos sanguíneos grandes y pequeños y todos los órganos irrigados por ellos, al riñón, a los músculos, al cerebro... afecta a todo. Para tratar bien la diabetes hay que conocer mucha medicina interna», afirma Fernando Ponte Hernando, pediatra, exdirectivo del hospital médico-quirúrgico de Conxo, y experto en Historia de la Medicina. Mañana, a las 19.30, en el salón de grados de Medicina presenta un nuevo libro, Controversias diabetológicas del Dr. R. Carrasco Formiguera (1892-1890), volumen prologado por Ciril Rozman, una referencia en la materia.
«Lo habitual es que en Galicia investiguemos la historia de la Medicina gallega. Pero Carrasco, el primer especialista que usó insulina en humanos en España, me llama la atención hace años. Me ocupé ya de él en investigaciones anteriores sobre Roberto Novoa Santos, y este es un trabajo más amplio sobre sus contribuciones a la diabetes», explica.
El especialista catalán «estuvo en el momento oportuno en el sitio adecuado. Estaba becado en Estados Unidos cuando se presentó la insulina, a finales de 1921. Vuelve a España con la idea de preparar insulina. Al principio, por su propios medios, le salen unas insulinas muy desiguales. Después le envían instrucciones de cómo hacerlo, desde Norteamérica, sigue los avances internacionales, y tiene mejores resultados. Se da cuenta también de cómo tratar mejor a los niños. Tuvo varios éxitos en diabetes infantil. Uno de los más destacados fue el caso de Juan Pujadas Lamarca (1919-2006), niño pequeño en aquellos años, que se empezó a tratar en septiembre de 1923 con 3 años de edad y vivió hasta los 88 años, siendo durante muchos años el paciente con tratamiento insulínico más veterano del mundo», afirma.
Ponte destaca la «obra enciclopédica de Carrasco, pues publicó desde 1913 a 1978. Perteneció a una época brillante de la ciencia española, que estaba muy internacionalizada. La revista Archivos de Endocrinología tenía cuatro directores: Gregorio Marañón, Roberto Novoa Santos, Augusto Pi Suñer, y el argentino Alberto B. Houssay, quien fue premio Nobel de Medicina en 1947», señala.
Una de las controversias de Carrasco, que Ponte estudia en este libro, es con Novoa Santos: «Tuvieron una discusión científica y parece que Novoa lo convenció. Lo que defendía Novoa Santos en 1924 en Santiago, antes de irse a Madrid, hoy es la base del tratamiento de la diabetes con incretinas; a Novoa Santos le dieron la razón después de 90 años, pues afirmaba que con estas hormonas se producían descensos en la glucemia en los diabéticos menos bruscos que con la insulina. Ahora hay muchos avances sobre la diabetes, entre ellos el de las incretinas», destaca
Recuerda que «antes de la guerra de 1936 fallecen una serie de figuras médicas gallegas, como Gil Casares, Baltar Cortés, Novoa Santos o Cadarso». También en aquel tiempo Severo Ochoa opositó sin éxito a una cátedra en Santiago. Ochoa y Carrasco coincidieron en el exilio.
La Historia de la Medicina en Galicia «está mal, no se aprecia. Hay un solo profesor, Enrique Jiménez, para 400 estudiantes. En Granada, por ejemplo, hay varios catedráticos y titulares. Hay que resaltar el esfuerzo del Álbum da Ciencia del Consello da Cultura Galega. Pero hace falta más», manifiesta este experto.
Rossend Carrasco i Formiguera. Fue el primer médico del Estado español en utilizar la insulina para el tratamiento de la diabetes, en 1923.
Roberto Novoa Santos. En 1924, en Santiago, ya defendía el tratamiento de la insulina con incretinas, que ahora se reconoce y valora.