El riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 viene condicionado por el grupo sanguíneo. Así lo muestra un estudio desarrollado por investigadores del Instituto Nacional de Salud e Investigación Médica de Francia (Inserm) y publicado en la revista Diabetologia, en el que se observa un mayor riesgo en aquellas personas con el grupo B y factor Rh positivo + –es decir, B+.
Por el contrario, como explica el doctor Guy Fagherazzi, director de la investigación, “nuestros hallazgos sugieren que la población con el grupo O tiene el menor riesgo de presentación de diabetes tipo 2. Y en este contexto, deben requerirse más ensayos clínicos y epidemiológicos, así como nuevas investigaciones fisiopatológicas, para averiguar por qué esta población tiene una menor probabilidad de desarrollar esta enfermedad”.
O-, menor riesgo
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores evaluaron los datos recabados entre los años 1990 y 2008 de 82.104 mujeres con el objetivo de determinar la relación existente entre la diabetes tipo 2 y el grupo sanguíneo –esto es, de los grupos A, B, AB y O y su combinación con el factor Rhesus (Rh), positivo o negativo.
Los resultados mostraron que, comparadas frente a aquellas con el grupo O, las personas con el grupo A, el grupo AB y el grupo B presentan, respectivamente, un riesgo un 10%, un 17% y un 35% superior de desarrollar la enfermedad.
Asimismo, y si bien el factor Rhesus no tiene por sí solo ninguna influencia sobre la probabilidad de presentación de diabetes tipo 2, su combinación con el grupo ABO sí condiciona el riesgo de enfermedad. Concretamente, y frente a aquellas personas con grupo sanguíneo O-, aquellas con grupos B+, AB+ y A- tienen, respectivamente, un riesgo un 35%, un 26% y un 22% mayor.
La razón por la que se explica la relación entre grupo sanguíneo y diabetes tipo 2 permanece desconocida, si bien los autores apuntan a que, por una parte, el locus ABO humano podría influir en los marcadores endoteliales o la inflamación y, por otra, a que la agrupación ABO es un factor que determina la composición global de la microbiota intestinal –lo que a su vez afecta al metabolismo y, por ende, al riesgo de diabetes.