A medida que la gente de los países en desarrollo se traslada desde las zonas rurales a las ciudades, el incremento del estrés está afectando a sus niveles hormonales y haciéndoles más susceptibles a la diabetes y otros trastornos metabólicos, según concluye un nuevo estudio publicado en 'Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism' (JCEM).
Cerca de 387 millones de personas en todo el mundo tienen diabetes, con un 77% de ellos que viven en países de bajos y medianos ingresos, según la Federación Internacional de Diabetes. En Oriente Medio y África del Norte, uno de cada diez adultos padece diabetes.
Uno de los factores que pueden elevar el riesgo de desarrollar diabetes y otros problemas metabólicos de una persona es la exposición crónica a la hormona del estrés cortisol, que contrarresta la insulina, la hormona que regula el azúcar en la sangre, y retrasa su producción en el cuerpo.
"Nuestros hallazgos indican que las personas que pasan de un estilo de vida rural a un entorno urbano están expuestos a altos niveles de estrés y tienden a registrar niveles más altos de la hormona cortisol", resalta uno de los autores del estudio, Peter Herbert Kann, de la Universidad Philipp de Marburgo, Alemania. "Este estrés está probablemente contribuyendo a las crecientes tasas de diabetes que vemos en las naciones en desarrollo", añade.
ESTUDIO DE UN GRUPO ÉTNICO EN NAMIBIA
Para probar la teoría, los investigadores examinaron a personas de un grupo étnico, la población ovahimba de Namibia, en el suroeste de África. Namibia es el segundo país menos densamente poblado del mundo, con un 38,6% de los residentes que viven en entornos urbanos.
En el estudio prospectivo y transversal, los investigadores midieron los niveles de cortisol, el azúcar en la sangre y el colesterol en 60 personas ovahimba que viven en Opuwo, capital de la Región de Kunene, en el noreste del país, y que tiene una población de alrededor de 21.000 personas.
Luego, los científicos realizaron las mismas pruebas en 63 personas ovahimba que viven al menos a 50 kilómetros de la ciudad o pueblo más cercano.
Entre los habitantes de las ciudades, el 28% de las personas padecían diabetes u otros trastornos del metabolismo de la glucosa y también tenían niveles de cortisol significativamente más altos que sus contrapartes rurales.
Aunque los que vivían en la ciudad hacían menos ejercicio y comían más comida rápida y postres que los residentes rurales, los cambios de estilo de vida no son el único factor en juego, según Kann. La diferencia en los niveles de cortisol indica que la hormona es una parte clave de la ecuación.
"Los resultados sugieren que inestabilidad sociocultural causada por la urbanización contribuye a un mayor riesgo de desarrollar diabetes u otra enfermedad metabólica", resume Kann. "Éste es el primer estudio prospectivo que muestra sistemáticamente que la regulación del cuerpo de la hormona cortisol juega un papel en los cambios metabólicos provocados por el paso a un estilo de vida urbano", afirma.