Don Juan tiene 74 años, es un hombre como cualquier otro, pero con el valor y la fuerza de voluntad de pocos. Sus ganas de vivir y de disfrutar la vida de manera sana son más fuertes que la diabetes, con la que vive desde hace nueve años.
La enfermedad llegó a Don Juan sin siquiera imaginárselo. No le dolía nada, no tenía problemas; sólo tenía sobrepeso. Fue cuando decidió ir con una nutrióloga del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), y antes de someterlo a un plan de alimentación, le pidió unos análisis, que revelaron que tenía diabetes.
El señor bajó 15 kilogramos y actualmente está en su peso ideal. Dice que come mejor, hace ejercicio todos los días y, más que verlo como algo negativo, su diagnóstico de diabetes fue una “bendición”.
“Para mí es una bendición la diabetes, porque cambió mi vida completamente. Bajé cerca de 15 kilos, comí más sano y aprendí el manejo de las emociones; la dieta es difícil y el ejercicio también: yo nado todos los días”.
Él es parte de un grupo de ayuda mutua en el programa DiabetIMSS de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) 178 del IMSS Jalisco, donde incluso ofrece pláticas a pacientes recién diagnosticados con esta enfermedad.
Las complicaciones por esta enfermedad son la principal causa de muerte en Jalisco. La Secretaría de Salud estatal reportó que durante 2014, en promedio 15 personas murieron al día a raíz de este padecimiento, y este año, se tiene un conteo aproximado de cinco mil 758 fallecimientos por diabetes.
Lo más difícil, cambio de hábitos
Cuando una persona es diagnosticada con diabetes, el proceso de aceptación tiene varias etapas, y una de ellas es adecuarse a un tratamiento integral.
Si bien, al principio la gente responde correctamente a tomarse el medicamento que le regulará la glucosa, lo más difícil es convencerlo de cambiar sus hábitos alimenticios, actividad física y de vida en general.
La jefa de Trabajo Social de la UMF 178 del IMSS Jalisco, Silvia Vázquez Lomelí, señaló que se ha demostrado que quien tiene un buen control médico y una red de apoyo, tiene mejores resultados en el cambio de hábitos y apego al tratamiento.
En 2008, el IMSS implementó el programa piloto DiabetIMSS, en la UMF178, ante la creciente ola de pacientes con diabetes.
“El paciente diabético necesita cuatro pilares en su control: el médico, la modificación de hábitos alimenticios, actividad física y control emocional. Para un paciente, tomar el medicamento es una parte difícil, pero pedirle que modifique sus hábitos que durante toda su vida ha tenido, es difícil”.