La diabetes es asunto de familia y Nilka Ríos-Burrows lo sabe. Como epidemióloga en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), suele repetir el mismo mensaje: la diabetes se puede prevenir. Sus tíos y tías maternos de Puerto Rico tienen la enfermedad, y Ríos-Burrows es consciente de que ella también corre riesgo de padecerla. Por eso pone en práctica su propio consejo y realiza cuidados preventivos para, en lo posible, mantener lejos a la enfermedad.
Según contó la epidemióloga a Univision Noticias, cuando sus familiares fueron diagnosticados con la enfermedad no se tenía “la ciencia de que la diabetes se podía prevenir”. “Estoy en riesgo”, dijo Ríos-Burrows, quien ha dejado los refrescos, limita los carbohidratos y trata de añadir más vegetales a sus comidas. Hacer ejercicio y controlarse con el médico regularmente son otros de los cuidados que las personas en riesgo como ella pueden realizar.
Además de la predisposición genética, otros factores de riesgo incluyen la falta de actividad física, el sobrepeso, la edad, la dieta e incluso la etnia. Si bien estos factores son los mismos para todas las poblaciones, los hispanos y otras minorías de por sí están más predispuestos a ser diagnosticados con diabetes. Se estima que la mitad de todos los hispanos –tanto hombres como mujeres- desarrollarán la enfermedad.
En 2013, la diabetes era la séptima principal causa de muerte en Estados Unidos, donde cada año mueren más de 200 mil personas debido a esta enfermedad, según un reporte que los CDC publican cada dos años. Sus estimaciones indican que más de 29 millones de personas en el país padecen diabetes, diagnosticada o no. Ese número es superior a la población total del estado de Texas.
A su vez, se calcula que 86 millones de adultos en Estados Unidos tienen prediabetes, la cual puede llevar a diabetes tipo 2. También se cree que cerca de 8 millones de personas padecen diabetes y no lo saben.
En las últimas tres décadas el número de adultos con diabetes prácticamente se cuadruplicó y las predicciones basadas en los últimos datos dicen que hacia 2050 uno de cada tres adultos en el país podría tener diabetes.
Los especialistas aseguran que para quienes no tienen dinero es mucho más difícil comer saludable.
Una de las razones que explican por qué hay más personas con diabetes es que quienes tienen la enfermedad ahora viven más tiempo, debido a las mejoras en las prácticas de manejo personal y el avance en los servicios de cuidaos de salud, dice el informe.
Los CDC también sugieren que los últimos números son una buena noticia: la epidemia de diabetes podría estar decreciendo de forma lenta. Sin embargo, este no es el caso para las minorías. La población hispana, negra no-hispana y aquellas personas con una educación inferior a secundaria, no siguen la misma tendencia.
Según el ultimo reporte de los CDC, que se basa en los datos nacionales más recientes sobre diabetes, un 12.8% de las personas con diabetes son hispanos, frente a un 7.6% de blancos no-hispanos.
Pero la tendencia también podría cambiar en la población de origen latino, enfatizó Ríos-Burrows. El primer paso es estar informado acerca de cómo evitar que la enfermedad se desarrolle.
En un plano general, el plan nacional de Gente Saludable 2020 (Healthy People 2020) establece algunos de los objetivos en cuanto a las prácticas de cuidados preventivos contra la diabetes, con el fin de reducir el numero de personas con esta enfermedad en ese año. Estos incluyen desde un examen del ojo dilatado, examen del pie, hasta controles de glucosa en sangre.
Pero una de las medidas preventivas que también se recomienda es asistir a clases de manejo personal de diabetes, una instancia en que los pacientes aprenden, por ejemplo, cómo controlarse los niveles de forma diaria; sobre las consecuencias de la enfermedad y cómo reconocer los síntomas.
Apoyo mutuo
La más reciente reunión del grupo de pacientes hispanos que una vez por mes se junta en La Clínica de la Raza, en California, se enfocó en cómo reconocer y actuar frente a un derrame cerebral, una de las posibles consecuencias de la diabetes.
El grupo de alrededor de 15 personas, formado sobre todo por mujeres y donde todos hablan español –a veces como única lengua- se reúne mensualmente en Fruitvale, en uno de las centros de La Clínica. La organización, una red de 40 centros de servicios de cuidados primarios y preventivos, sirve a más de 91,000 pacientes en tres condados de California. Los pacientes que asisten a La Clínica suelen ser hispanos, con o sin seguro médico, y con o sin documentos, pero todos tienen algo en común: bajos recursos económicos.
Muchos hispanos rechazan la insulina, por temor a que les cause alguna complicación.
“Creo que las dificultades de estos pacientes tienen que ver con dinero, vivienda y violencia, si es que viven en un vecindario que no es seguro”, dijo a Univision Noticias Carlos Flores, educador de salud en La Clínica. Flores es quien lidera el grupo de manejo personal de diabetes junto con un doctor y un asistente médico.
Flores explicó que para quienes no tienen dinero es más difícil comer de forma saludable, evitar el estrés relacionado con la vivienda, el dinero, los hijos y el ambiente. Por ejemplo, es difícil hacer ejercicio en un barrio que no es seguro, dijo Flores.
Las clases mensuales tienen un tema central, como el derrame cerebral, y a su vez los pacientes tienen la oportunidad de reunirse de manera individual con el médico, quien suele hacer un seguimiento de la enfermedad y de los medicamentos, o derivarlos a otros clínicas o laboratorios. Las personas también pueden controlar sus niveles de azúcar en sangre, su peso y presión sanguínea.
Vencer el miedo a la insulina
Según Flores, otro de los temas en los que se hace hincapié en estas reuniones es el de la insulina, uno de los tratamientos que la población latina suele mirar con escepticismo. “La mayoría de la gente en el grupo no quiere insulina”, dijo Flores, quien explicó que existen distintos mitos entorno a esta.
Existe quienes temen que la insulina cause ceguera, o la asocian con abuso de drogas, o temen las complicaciones de la insulina en general. “Creo que mucho de esto tiene que ver con la experiencia de la gente con familiares en sus propios países”, que mueren al poco tiempo de comenzar el tratamiento. Sin embargo, esto se debe a que cuando le dan la insulina el paciente ya está mal, explicó el educador de salud.
Es importante que los diabéticos cuenten con una red de apoyo para compartir sus preocupaciones.
Flores dijo que en el grupo se trata de hablar sobre la insulina lo más posible, y de los beneficios de este inyectable. “Básicamente, tratamos de normalizarla”, agregó Flores, quien dijo que el mensaje de la Asociación Americana de la Diabetes es que la mayoría de las personas diagnosticadas con la enfermedad necesitarán insulina en algún momento.
De hecho, ha habido algunos “casos de éxito” de algunos pacientes que han empezado el tratamiento con insulina luego de escuchar sobre la experiencia de otros pacientes.
La interacción con otros pacientes, e incluso con sus familias, es otro de los aspectos positivos de estas clases, dijo Flores, quien contó que en definitiva la instancia funciona como un grupo de apoyo donde los participantes, quienes comparten las mismas preocupaciones, muchas veces se convierten en amigos.