Cerca del 20% de los pacientes reciben el diagnóstico de diabetes tipo 2. En algunos de esos casos, el diagnóstico más preciso sería diabetes LADA, también llamada 1.5.
Los 3 tipos más comunes de diabetes: la diabetes tipo 1, la diabetes tipo 2 y la diabetes gestacional, a los que se suman otra serie de variedades que caen en una categoría distinta, ya sea porque son secundarias a medicamentos, a otras patologías o por defectos en la función de la célula beta, la célula productora de la insulina. Dentro de estas variedades se encuentra la diabetes LADA, o diabetes autoinmune latente del adulto por sus siglas en inglés.
Hace no mucho tiempo, la edad era uno de los predictores más usados en el diagnóstico de los distintos tipos de diabetes. Por algo las personas menores de 30 años con diabetes solían tener diabetes tipo 1 (llamada justamente diabetes juvenil) y la gente adulta tenía diabetes tipo 2 o del adulto.
La diabetes LADA es diabetes tipo 1 pero con una progresión más lenta.
Esto ha cambiado significativamente con la aparición de diabetes tipo 2 a edades más tempranas. Y también con que científicos han identificado más casos de diabetes tipo 1 en pacientes adultos, lo que antes era muy raro.
Una sencilla manera de definir la diabetes LADA es decir que es diabetes tipo 1 pero con una progresión más lenta. La destrucción de las células beta por el sistema inmune no ocurre con la magnitud y rapidez de la diabetes tipo 1. Por ello es que a menudo las personas con LADA son diagnosticados como un caso atípico de diabetes tipo 2, sin obesidad ni sedentarismo. Pueden tener poca o nula resistencia a la insulina (clásico en la diabetes tipo 2). Como este tipo de pacientes todavía tiene un buen remanente de células beta funcionando, responde bien a terapias con hipoglucemiantes orales y dieta saludable. Pero al cabo de unos años su capacidad para producir insulina finalmente es nula. Entonces, una persona con diabetes LADA necesita las inyecciones de insulina en promedio mucho antes que una persona con diabetes tipo 2.
Tener un diagnóstico apropiado es fundamental pues el manejo de las dos condiciones es diferente. La diabetes tipo 1, diagnosticada a cualquier edad, requiere la aplicación de insulina exógena desde el principio, en un régimen muy fino, mientras que las personas con diabetes tipo 2 a veces no necesitan insulina por mucho tiempo, o pueden controlarla con sólo una inyección al día.
Por lo mismo es que se recomienda a los médicos que tengan en cuenta un protocolo australiano que sugiere que, comparados con pacientes con diabetes tipo 2, los pacientes con diabetes LADA tienen al menos dos de los siguientes características:
- Menores de 50 años al momento del diagnóstico.
- Peso normal, con un índice de masa corporal menor de 25.
- Síntomas clásicos al momento del diagnostico (sed intensa, orina frecuente, pérdida de peso no deseada).
- Historia personal de otra enfermedad autoinmune (enfermedad de la tiroides, artritis reumatoidea o enfermedad celíaca).
- Historia familiar de diabetes tipo 1 u otras enfermedades autoinmunes.
La estadística mundial habla que cerca del 20% de los pacientes diagnosticados con diabetes tipo 2 son realmente LADA.
Con un resultado positivo del examen de anticuerpos el médico puede salir de dudas. Lo mismo ocurre con un bajo nivel de péptido C, un marcador que revela la producción de insulina.