He visto la noticia y me ha dejado un buen rato pensando, el acceso a una sanidad pública y gratuita debería ser universal, las familias deberían tener estos mínimos cubiertos, en zonas como Europa o USA disfrutamos de un nivel de vida que muchos otros no disponen, os dejo el artículo:
fer dijo:
Niño de seis años con diabetes pide ayuda en los buses
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 18 DE JULIO DE 2013 07:08 | POR REDACCIÓN DIARIO LA PAGINAMoisés, un niño de seis años, fue diagnosticado con diabetes 1 (alto nivel de glucosa en la sangre) desde que tenía nueve meses de nacido. Es el mayor de dos hermanos y vive junto a sus padres en una humilde vivienda de la comunidad "El Carmen", en Cojutepeque.
Su padre, Nelson Zelaya, trabaja recogiendo bultos y vendiendo Cds en las calles de Cojutepeque, mientras que su madre dejó de trabajar para poderlo cuidar a él y a sus hermanos menores.
Cada fin de semana, padre e hijo acuden a los buses que viajan de Cojutepeque a San Salvador para pedir ayuda a los pasajeros, ya que el dinero no les es suficiente para poder sobrellevar los gastos de tan costosa enfermedad.
"Con lo que trabajo no es suficiente”, revela el padre, quien confiesa haber perdido la vergϋenza ante la necesidad de reunir un poco de dinero.
Con el pequeño Moisés en brazos, Zelaya se moviliza de un bus a otro y explica a los pasajeros su situación. En ocasiones regresan a casa con las manos vacías, pero en un día de suerte encuentran personas de buen corazón que les regalan unas cuantas monedas.Zelaya recuerda el día en que su hijo tuvo la primera crisis. "No sabíamos qué hacer, así que lo llevamos de emergencia al médico quien dijo que debíamos hospitalizarlo de inmediato".
Moisés fue ingresado durante ocho días en el hospital de Sensuntepeque con fuertes convulsiones y luego fue transferido de emergencia al hospital de niños Benjamín Bloom, donde le indicaron que el menor presentaba un alza en los niveles de azúcar.
La enfermedad le afectó los pulmones y el páncreas, por lo que fue remitido a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Bloom.
Sus padres no comprendían cómo el pequeño Moisés podía padecer de diabetes, ya que no existían antecedentes de dicha enfermedad en la familia.
Las bases genéticas y moleculares de esta enfermedad están poco definidas; sin embargo es sabido que la diábetes 1 puede aparecer súbitamente a partir de las primera semanas de nacimiento.
La diabetes es una afección crónica que aparece cuando el páncreas no produce suficiente insulina, o cuando el organismo no consigue utilizar la que produce. La insulina permite que las células utilicen la glucosa de la sangre como fuente de energía.
Esta condición puede ser desencadenada por un trastorno auto inmunitario o por alguna infección la cual ataca las células que producen la insulina a través del páncreas.
Según la Asociación Salvadoreña de Endocrinología, Diabetes y Nutrición, la diabetes tipo 1 -que afecta predominantemente a los jóvenes- aumenta cada año en un 3%.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que en el mundo hay más de 220 millones de personas con diabetes. Para 2030 se calcula esta cifra se habrá duplicado.
El calvario de Moisés
Moisés estuvo ingresado en el Hospital Bloom un año completo, hasta que los médicos lograron estabilizar sus niveles de glucosa. Desde entonces, el menor ha tenido que llevar una dieta balanceada libre de grasa y azúcar.
El sacrificio de sus padres por mantenerlo estable ha sido una lucha incansable y constante.
La doctora Claudia López, indica que de 5 a 10 años después que un menor ha sido disgnosticado con diábetes, se debe hacer una evualuación para determinar si existen otras complicaciones asociadas a este padecimiento, tales como ceguera y problemas en los riñones o en el corazón.
“Es importante determinar cómo ha evolucionado la enfermedad o si se han presentado fluctuaciones demasiado grandes en los niveles de glucosa, ya que eso puede predisponer al paciente para otras complicaciones”, indica la especialista.
Para evitar que los niveles de azúcar continúen elevándose, Moisés debe recibir dos dosis diarias de insulina, además de una dieta rica en fibras y pobre en azúcar.
Los padres del menor deben medirle la glucosa en la sangre tres veces al día. "Llevamos un control riguroso en un cuaderno y tenemos que estar pendientes para que no se le eleve a más de 140" explican.
Cada mes, los Zelaya deben disponer de un aproximado de $125 para la insulina, sin contar con los gastos de los exámenes.
"Ultimamente Moisés ha estado padeciendo de convulsiones. Los doctores del Bloom nos han dicho que tenemos que hacerle otros exámenes" revela el padre, quien a su vez solicita la ayuda de personas altruistas.
Las personas interesadas en ayudar económicamente a Moisés pueden comunicarse al 7495-3496, con Nelson Zelaya, o al 7571-6308, con Patricia Vàsquez, padres del niño.