Aguascalientes, Ags., (OEM-Informex).- Al suponer que la carencia de seguridad social le impediría continuar recibiendo la asistencia médica especializada que requería para mantener bajo estándares de control la terrible enfermedad de la diabetes mellitus que sufría, un septuagenario optó por la salida fácil y fuera de la vista de testigo alguno se ahorcó en la soledad de su habitación, durante la madrugada de ayer.
El cadáver del atribulado pensionado Félix Andrade Ortiz, de 74 años, sería descubierto hasta ayer en la mañana, poco después de las diez horas, por su vecina Patricia Barrios Santos, de 36 años, camino a depositar basura en el contenedor cercano a su domicilio de la calle José Isabel Robles, de la colonia Insurgentes.
La mujer, que iba acompañada de una de sus menores hijas, al volver la vista al frente de la finca 327 de esa arteria para saludar a sus vecinos, también notó que el cuerpo del jefe de la familia se encontraba recargado sobre la ventana de la habitación que ocupaba en ese inmueble y alertó a su hijo, Ismael Andrade de León, de 44 años, y a la madre de éste y esposa del hoy occiso, sobre su irregular presencia en ese sitio.
Tanto el vástago del anciano como la esposa de éste, que permanecían a las puertas de la casa a la espera de recibir un colchón, se olvidaron del asunto y se dirigieron a la recámara del hombre, pero para su sorpresa la habitación se encontraba con su puerta cerrada por dentro e Ismael Andrade tuvo que forzar la chapa para procurarse el acceso.
Al ingresar a la habitación y dirigirse a la ventana donde su vecina le indicara que había observado a su padre, descubrió con horror que éste se había colgado del travesaño más elevado de la protección metálica, usando para ello un tramo de cordel plástico con una de cuyas puntas formó su dogal de muerte y el otro lo ancló a ese punto fijo, para luego dejarse caer sobre sí mismo y que el peso de su cuerpo lo llevara a la consumación de su tremenda decisión.
Aún así y con la esperanza de que su padre aún conservara un hálito de vida, demandó la presencia urgente de los paramédicos para que le brindaran los primeros auxilios y en su defecto lo trasladaran al centro clínico más cercano para que se le atendiera de manera especializada.
Solo que cuando los socorristas concluyeron con la valoración de su estado de salud, confirmaron sus sospechas y ante lo irremediable el asunto pasó a ser competencia de las autoridades ministeriales para que procedieran en consecuencia.
A su intervención, el atribulado desempleado refirió que cree que su padre fue víctima de depresión al conocer que ya no disfrutaría más del servicio de seguridad social que al que tenía derecho por ser su dependiente económico, en virtud de que ya carecía de empleo alguno y por consecuencia de acceso a ese tipo de asistencia médica que brinda el Seguro Social a sus derechohabientes, aparte de que su tratamiento era bastante oneroso y él ya no contaba con los ingresos suficientes para que se siguiera atendiendo y que aprovechó la soledad en la que se encontraba para atentar contra su existencia.
Concluidas las diligencias del caso en el lugar de los hechos, el agente del Ministerio Público de turno dispuso del traslado del cadáver a la morgue del Servicio Médico Forense, para la práctica de la necropsia de ley