Los laboratorios Pfizer acaban de anunciar la retirada de su insulina inhalada, un fármaco que se lanzó prometiendo facilitar la vida de muchos diabéticos. Pero las ventas de Exubera (su nombre comercial) han sido mucho más pobres de lo esperado.
Actualizado miércoles 07/11/2007 20:25
Los ejemplares de Exubera que ya están en el mercado no serán retirados, pero el producto dejará de suministrarse a partir de ahora. La decisión de dejar de comercializar un fármaco por motivos económicos casi no tiene precedentes, de acuerdo con el Wall Street Journal. En una reunión para repasar los resultados del último trimestre, la compañía anunció el fin del fármaco.
"Las ventas de este año fueron muy, muy modestas. Siete millones de dólares [cinco millones de euros] en el último trimestre y 12 millones [8,4] en lo que va de año", explicó Frank D'Amelio, director de finanzas de Pfizer. Aunque los cálculos iniciales de la compañía preveían que Exubera se convirtiese en un 'superventas' (es decir, que vendiese al año más de 1.000 millones de dólares, 700 millones de euros) y pese a la intensa promoción, tan sólo logró 'morder' el 0,3% del mercado de la insulina.
La insulina inhalada se lanzó en EEUU en 2006. Mediante un inhalador, el diabético aspiraba una nube de polvo de insulina, que llegaba a los pulmones y, de ahí, al flujo sanguíneo. De este modo, evitaba buena parte de las inyecciones de insulina que diariamente se administra el diabético. Pero estas ventajas se vieron mermadas por las dudas de algunos especialistas sobre su seguridad a largo plazo y lo aparatoso del inhalador, parecido a un tubo de pelotas de tenis. Exubera no triunfó entre los diabéticos.
"Pese a los mejores esfuerzos de nuestros colegas de venta, márketing y fabricación, el producto simplemente no consiguió la aceptación de médicos y pacientes. Así que durante los próximos tres meses apoyaremos a los médicos para pasar a sus pacientes a otros fármacos y abandonaremos las futuras inversiones en el desarrollo de dispositivos de segunda generación", declaró Jeff Kindler, presidente de Pfizer.
Algunos diabéticos se quejaban de que "el aparto es muy difícil de transportar", recuerda Salvador Casale, presidente de la Federación de Diabéticos de la Comunidad de Madrid. Casale ha mostrado su sorpresa por la retirada del producto, pues no había tenido noticias de la misma. "No tenía ni idea. En España lleva muy poco tiempo. Todavía no estaban informados los posibles usuarios", lamenta.
1.500 usuarios españoles
Fuentes de la compañía en España han confirmado que, durante el próximo trimestre, ayudarán a los médicos a pasar a sus pacientes a otros tratamientos insulínicos. Unos 1.500 españoles con diabetes consumían el fármaco desde que salió a la venta, el pasado junio. "Ahora estamos contactando con los principales actores, tanto de sociedades científicas como agrupaciones de pacientes, y el lunes comenzaremos a ponernos en contacto con toda la clase médica", han aclarado dichas fuentes, que han recordado que seguirán invirtiendo en los tratamientos contra la enfermedad endocrina. "Nosotros no abandonamos el campo de la diabetes".
Por el momento, la reacción de las sociedades y pacientes ha sido de neutralidad o entendimiento, dicen. "Claramente, subestimamos la barrera de que los pacientes y médicos se pasasen a Exubera. Creo que esta es una de las principales cuestiones que subestimamos: la reticencia de médicos y pacientes a pasarse a Exubera, a dejar la insulina que habían tenido hasta la fecha", declaró Ian Read, presidente de Operaciones Farmacéuticas Mundiales de Pfizer.
Según el Wall Street Journal, la retirada también pone de manifiesto lo complejo y costoso que resulta para las compañías farmacéuticas la comercialización de los modernos fármacos biotecnológicos. La historia de Exubera se remonta a hace una década, cuando Pfizer firmó un acuerdo con una pequeña compañía biotecnológica que estaba estudiando la insulina inhalada.
La idea era que a los diabéticos no les gustaba pincharse con agujas varias veces al día para administrar la insulina que necesitan para controlar sus niveles de azúcar en la sangre. Pero en estos años ha mejorado mucho la administración de la hormona y, gracias a los lápices dosificadores, su administración ya no es tan incómoda y dolorosa como antaño. "Las inyecciones están muy conseguidas últimamente", explica Casale.
Exubera fue la primera y única insulina inhalada en el mercado, aunque otras compañías farmacéuticas están trabajando en productos de este tipo.
Según anunció ayer Pfizer, el fármaco le costará 2.800 millones de dólares, tanto por los costes de la retirada como por los derechos del medicamento y otros conceptos. "Esta decisión refleja nuestra estricta adherencia a tres principios fundamentales: seremos realistas, escucharemos a nuestros consumidores y seremos muy disciplinados en cómo evaluamos inversiones tanto internas como externas", dijo Kindler.