El España, el 13,8% de los adultos padece diabetes, una cifra que se incrementará notoriamente en los próximos veinte años como consecuencia del aumento de los niveles de obesidad y los hábitos de vida poco saludables.
Uno de las posibles padecimientos de los diabéticos es el deterioro de la retina, en lo que se conoce como retinopatía diabética, que se produce cuando los vasos sanguíneos normales en el ojo se vuelven permeables y frágiles, provocando sangrado y el paulatino daño de la retina, que cada vez se muestra más sensible a la luz y desemboca en una ceguera.
El riesgo de padecer la enfermedad aumenta exponencialmente según se van cumpliendo años. De esta forma, tras 10 años como diabético, el porcentaje de pacientes que puede sufrir retinopatía es de entre el 40% y el 50%, y a los 20 años puede alcanzar el 90%. Se estima que estos pacientes tienen 5 veces más posibilidades de sufrir ceguera que el resto de la población.
Las personas que padecen diabetes tienen 5 veces más probabilidades de desarrollar ceguera que el resto de la población
Conscientes de esta realidad, un grupo de investigadores de la Universidad Johns Hopkins, en colaboración con la Universidad de Maryland, ha realizado un estudio del que se desprende que al bloquear dos proteínas de crecimiento de los vasos sanguíneos se podría prevenir y tratar la ceguera derivada de la diabetes. La investigación completa ha salido publicada en Proceedings of the National Academy of Sciences.
Actualmente se recurre al sellado con láser de los vasos sanguíneos del ojo para salvar la visión central, pero lo cierto es que también puede sacrificar la visión periférica y nocturna de los enfermos. Otra alternativa son los medicamentos capaces de bloquear el VEGF, es decir, el factor que propicia el crecimiento de los vasos sanguíenos anormales. Sin embargo, varios estudios sostienen que, aunque los fármacos ralentizan la ceguera, no la previenen.
Esta fue la motivación de los impulsores del estudio, encontrar un medicamento capaz de bloquear de forma eficiente los factores que inciden en el deterioro ocular para que, combinado con los fármacos anti-VEGF, se pueda prevenir la retinopatía dianética proliferativa.