La hemoglobina glucosilada (HbA1c) se emplea casi universalmente para ayudar a los médicos en el diagnóstico de la diabetes tipo 2. Sin embargo un nuevo estudio publicado en 'Diabetologia' y realizado por expertos de la Universidad de Nottingham, en Reino Unido, pone de relieve cómo la anemia, un trastorno común en la población general, especialmente en las mujeres, puede conducir a un falso diagnóstico de la diabetes basándose en la HbA1c, cuando el control de azúcar en la sangre de una persona es en realidad normal.
En los últimos años, ha habido un movimiento hacia el uso de HbA1c para el diagnóstico de la diabetes tipo 2 (T2D). La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Americana de Diabetes (ADA, por sus siglas en inglés) han defendido el uso de la HbA1c para el diagnóstico de esta enfermedad, con un valor de 6,5 por ciento (48 mmol/mol). En Reino Unido y la mayor parte de Europa, se utiliza el mismo punto de corte.
Siguiendo las recomendaciones de la OMS para usar HbA1c como método de diagnóstico para la diabetes tipo 2, Reino Unido (a través del Departamento de Salud de su Gobierno) emitió un asesoramiento científico que indica que uno de los principales problemas que afectan a esta técnica es la anemia, modificando los niveles de hemoglobina (Hb) en la sangre.
La OMS define la anemia en adultos como 120 g/l de Hb en las mujeres no embarazadas y 130 g/l en los hombres. Con aproximadamente el 29% por ciento de las mujeres no embarazadas en todo el mundo que tiene anemia (última estimación de 2011), esto se traduce en un número significativo de personas en el que el uso de la HbA1c para el diagnóstico de la diabetes no es adecuado. La última estimación de la OMS para la prevalencia de la anemia en los hombres fue del 13 por ciento, probablemente más alta en los hombres de edad avanzada, aunque los datos son escasos.
En esta revisión sistemática, los autores pretenden abordar las cuestiones anteriores mediante la evaluación de la evidencia disponible sobre el impacto de las alteraciones de los índices de eritrocitos (glóbulos rojos) y la anemia en los niveles de HbA1c sobre el punto de corte de 48 mmol/mol (6,5 por ciento) para el diagnóstico de OMS/ADA.
La revisión de la investigación entre 1990 y 2014 incluyó estudios que tenían al menos una medición de la HbA1c y glucosa y al menos un índice de anemia en adultos, excluyendo a las embarazadas y diagnosticados con diabetes. Los autores identificaron 12 análisis adecuados para incluirlos en su trabajo, la mayoría centrados en la anemia por deficiencia de hierro y, en general, demostraron que la presencia de la deficiencia de hierro con o sin anemia condujo a un aumento en los valores de HbA1c en comparación con los controles, sin aumento en glucosa en la sangre, haciendo así un diagnóstico de la diabetes en estos individuos poco fiable sin más pruebas.
Los autores explican: "HbA1c puede verse afectada por la deficiencia de hierro y la anemia por deficiencia de hierro, con un aumento espurio en los valores de HbA1c. Esto puede dar lugar a confusión en el diagnóstico de la diabetes mediante la HbA1c. Esta revisión identifica claramente la necesidad de más pruebas, especialmente en la identificación de los tipos y grados de anemia que es probable que tengan un impacto significativo en la fiabilidad de la HbA1c".
Mientras se recoge más evidencia, los autores hacen varias recomendaciones en relación con la práctica clínica. Por ejemplo, aconsejan que se consideren las anomalías relacionadas con la anemia o la deficiencia de hierro durante el seguimiento de las personas con diabetes, cuando los niveles de glucosa y HbA1c dan resultados diferentes
La deficiencia de hierro, así como anemia por deficiencia de hierro, pueden ser suficientes para provocar un cambio en los valores de HbA1c; algo de gran relevancia en las mujeres en edad fértil, según estos expertos. También proponen tener en cuenta la corrección de las anomalías como la anemia, por ejemplo con suplementos de hierro, antes de emplear HbA1c para el diagnóstico.
Los estudios incluidos en esta revisión sugieren que puede costar hasta seis meses tras el tratamiento normalizar los niveles de hemoglobina. "Las preguntas clave que aún no se ha contestado son si la anemia y anomalías en los glóbulos rojos tendrán un impacto significativo en el diagnóstico de la diabetes mediante la HbA1c en la población general, algo que se emplea ahora ampliamente", concluyen los autores.