Su diagnóstico supone un cambio en el estilo de vida. Una madurez adelantada en los niños. Jóvenes que pasan la mayor parte del tiempo en el colegio. Por ello, la creación de un entorno escolar seguro para los 29.000 diabéticos menores de 15 años depende, según sus padres, de mejorar el conocimiento de los profesores sobre la enfermedad

Detrás de la detección de la diabetes se encuentra el día a día del niño y su familia. Una enfermedad cuyo cuidado cotidiano genera dificultades para el joven en el colegio y para el 50% de los padres en su entorno laboral.

Conocer las necesidades de los alumnos con esta patología es el objetivo del estudio realizado por la Fundación para la Diabetes. En el informe "sobre las necesidades de niños con diabetes en edad escolar”, 880 madres y padres con hijos diabéticos entre 3 y 16 años han mostrado su preocupación sobre la información que los profesores tienen de la enfermedad.

"Aunque conocen la diabetes, es necesario incrementar su formación para manejar casos de emergencia” apunta Marina Beléndez, doctora en Psicología y coautora del estudio.

Junto a los casos graves, el también autor y psicólogo experto en diabetes, Iñaki Lorente, destaca la preocupación del 70% de los padres por la falta de un profesional sanitario en los centros escolares, que pueda controlar los niveles de glucemia de sus hijos.

Crear un entorno saludable para los entre 0 y 4 jóvenes diabéticos, que se calculan en España por centro escolar, es el objetivo respecto a una enfermedad que no dificulta la integración del paciente.

Lección 1: conocer la enfermedad

¿Qué es la diabetes tipo 1? Según el estudio, los padres y madres con niños diabéticos consideran que sólo la mitad del profesorado sabría contestar esta pregunta.

Es una patología crónica, caracterizada por un alto nivel de glucosa en la sangre, que afecta al 95% de los niños con diabetes en España.

Jóvenes que en un 5% de los casos han tenido que cambiar de colegio y no han sido admitidos por su enfermedad en el 4%. Aunque las cifras son reducidas, destacan la necesidad de incidir en su completa integración mediante:

La creación de un entorno seguro a través de información y formación actualizada.
Presencia de profesionales preparados para poder hacer frente a situaciones de emergencia.
Adecuada coordinación entre los centros de salud y los colegios para ofrecer apoyo a los profesores en caso de que surjan complicaciones.
Las mejoras futuras no ocultan los logros presentes en referencia a la integración escolar de los niños diabéticos. Unos jóvenes, que en el 84% de los casos, son ellos mismos quienes dan a conocer la enfermedad a sus compañeros.

Lección 2: ejercicio de integración

La actividad física es importante en el crecimiento. Aún más en el control de la diabetes. Por ello es necesario resaltar la normalidad con la que estos jóvenes pacientes realizan deporte en el centro escolar.

Aún así, los padres perciben desconocimiento sobre la enfermedad en el profesor de educación física, ya que sólo el 30% cree que dicho docente podría identificar una hipoglucemia.

La hipoglucemia supone poca glucosa en la sangre, lo que provoca síntomas como mareos, temblores o confusión, ante los que puede ayudar una comida o bebida con carbohidratos.

Efectos de una patología cuya consideración en el ámbito escolar ha mejorado en la última década. La normalizada práctica deportiva de los niños con diabetes es prueba de ello.

Sin embargo, el estudio insiste en continuar con esta línea de trabajo para evitar comportamientos opuestos, como la no repetición de un examen en el 50% de los casos en los que el alumno sufrió una hipoglucemia.

Como señala el doctor Lorente la "capacitación del profesorado y la existencia de personal de enfermería en cada colegio”, son las principales demandas de los padres con niños diabéticos.