La Sociedad Española de Diabetes (SED) recomienda a los diabéticos que, a su vez, padezcan gripe que acudan, lo antes posible, al médico a que les confirme el diagnóstico y que continúen tomando la medicación y la administración de la insulina, según las instrucciones de los profesionales.

Además de no automedicarse, controlar la glucosa en sangre cada cuatro horas y, en el caso de personas con diabetes tipo 1, mujeres embarazadas y niños, mantener un registro de los resultados.

También deben realizarse controles de cetonemia o cetonuria y tener una pauta de corrección, beber más cantidad de líquido y seguir alimentándose normalmente. Si no es posible, se aconseja tomar comidas blandas con la cantidad equivalente de carbohidratos que se consumen habitualmente.

Otros consejos pasan por controlar el peso, recibir la vacuna contra la gripe durante los meses de octubre y noviembre, y consultar al especialista la necesidad de vacunarse frente al neumococo, ya que las personas con diabetes son tres veces más propensas a padecer enfermedades respiratorias que aquellas que no tienen diabetes.

De esta manera, la SED se une a la campaña de concienciación sobre la vacunación frente a la gripe, ya que según el doctor José Ángel Díaz, endocrino del Hospital San Carlos de Madrid, "las personas con diabetes son un colectivo de alto riesgo para contraer la gripe, por lo que hay que apostar por la prevención".

TRIPLICAN EL RIESGO DE ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

En concreto, las personas con diabetes son tres veces más propensas a las enfermedades respiratorias que las personas que no tienen diabetes. Además, Díaz asegura que "la gripe produce mayores complicaciones en este grupo de riesgo, como es la neumonía, y aumenta el número de hospitalizaciones".

Por otro lado, la gripe y los resfriados pueden causar náuseas, vómitos y diarrea, lo que hace que los niveles de glucosa se descompensen si no se aumenta el consumo de líquidos. Además, los estados febriles se suelen acompañar de pérdida de apetito, con lo cual la cantidad de alimentos que se ingieren puede ser menor, descompensándose igualmente los niveles de glucosa en sangre.

Asimismo, los niveles elevados de azúcar en sangre alteran el funcionamiento de las células encargadas de defender contra las infecciones, lo que hace que se favorezca al mismo tiempo el crecimiento de algunos microorganismos, especialmente hongos. Por último, la SED advierte de que algunos medicamentos de venta libre para mitigar los síntomas gripales contienen azúcar, lo que provoca un aumento de los niveles de glucosa en sangre.