Máximo González Jurado alerta de la compra de agujas de insulina chinas
SÓLO CINCO REGIONES LAS EVITAN
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El presidente del Consejo General de Enfermería, Máximo González Jurado, ha denunciado la compra de agujas de insulina “más baratas y chinas que provocan daños y úlceras en el paciente. Esto está pasando en casi toda España y no es la solución. Si no hay dinero hay que decirlo claramente”. Según González Jurado, “hay una directiva comunitaria que establece la bioseguridad y marca que las agujas deben ser retractiles para que no haya riesgos de ningún tipo, así como la calidad. Sin embargo, los concursos públicos de compra de material hoy no se están haciendo por principio de seguridad o de calidad, sino por precio. Están concursando como dispositivos de bioseguridad los que no lo son porque son más baratos. Si las características técnicas no se detallan científicamente pueden no ser seguras y los costes son mucho menores. Esto va en detrimento del paciente y la Federación de Pacientes Diabéticos lo viene reclamando desde hace tiempo. Nosotros no estamos en contra del abaratamiento de costes, pero siempre que estemos dentro de la línea de seguridad”.
Con respecto a esta directiva comunitaria que salió hace dos años, ha añadido que “España no la está cumpliendo si bien todavía tiene hasta mayo del año que viene para plasmarlo en el ordenamiento jurídico. Hasta ahora sólo cinco comunidades autónomas han creado una normativa jurídica para garantizar ese derecho. Son Madrid - que fue la primera en 2005-, Baleares, Galicia, Navarra y Castilla La Mancha”.
Máximo González Jurado ha hecho estas declaraciones en la presentación de un informe multidisciplinar sobre la adherencia terapéutica en las enfermedades crónicas. “El 20 por ciento de los pacientes son crónicos y consumen el 80 por ciento del presupuesto de Sanidad. Además, según los datos demográficos de los que disponemos, en 2050 el 50 por ciento de la población será mayor de 60 años. Y uno de los mayores problemas que tenemos en los crónicos es la falta de adherencia al tratamiento. Se estima que el incumplimiento afecta a casi el 50% de los pacientes con tratamientos crónicos y al 20% de los agudos”. Esto reduce la calidad de vida del paciente, pone en riesgo su salud y genera importantes costes derivados de las visitas a Urgencias, las pruebas y los fármacos necesarios para contrarrestar el agravamiento de la enfermedad. Según ha destacado el presidente del Consejo General de Enfermería, “un tercio de los ingresos hospitalarios se deben al incumplimiento terapéutico y a pesar de todo, los planes de salud y las políticas sanitarias rara vez tienen en consideración este problema”.
González Jurado da varias datos de incumplimiento.
Begoña Barragán cuenta el punto de vista de los pacientes.
Las causas más habituales de mala adherencia terapéutica son el olvido, el desconocimiento, la desmotivación y el miedo a sufrir efectos adversos. Los factores que más influyen son la edad, el nivel sociocultural y la falta de formación del profesional sanitario a la hora de enseñar al paciente cómo debe tomar su medicación y fomentar el autocuidado. De ahí que una de las estrategias más efectivas para evitar el incumplimiento consista en educar al paciente acerca de su enfermedad, de forma individual y grupal, reforzando la motivación y concienciándole. El uso de llamadas telefónicas o el envío de cartas que ayuden al paciente a recordar citas con el profesional sanitario o que fomenten el cumplimiento pueden también ayudar a aumentar la adherencia.
En un terreno más práctico, el informe presentado propone el uso de tarjetas de control y automedición, la realización de programas personalizados de dosificación, el aprendizaje de técnicas y el uso de material que permita el autocontrol de la enfermedad (tensiómetro en hipertensos, por ejemplo) y fomentar las recompensas en caso de cumplimiento superior al 90 por ciento (felicitaciones, aumento del tiempo entre citas…).
Desconocimiento de los pacientes
Según Begoña Barragán, vocal del Foro Español de Pacientes y presidenta de Gepac, el principal problema de los pacientes es el desconocimiento de la enfermedad y del tratamiento. “El paciente necesita estar bien formado por los profesionales sanitarios que le atienden y aquí las asociaciones de pacientes también tenemos un papel muy importante”. Y ha añadido que “con la actual crisis económica la situación es más sangrante. Por ejemplo, se están reduciendo las tiras para el control del azúcar de los diabéticos, y si el enfermo se mide mal aumenta el riesgo de que esa persona luego necesite un trasplante de riñón. No estamos ahorrando dinero. Estamos poniendo en riesgo la vida de muchos pacientes”.