Beatriz García Berché (Barcelona, 1981) acaba de regresar de la Antártida, tras completar el reto de los 4 Deserts. Lo ha hecho en los dos últimos años, en 2013 disputó los de Atacama (Chile) y Gobi (China) y en 2014, Sáhara (Egipto) y Antártida.

En total, 250 kilómetros en cada uno de ellos que han llevado a esta catalana a convertirse en la única mujer española en haberlo logrado, pero además, su logro va más allá, lo ha hecho con su enfermedad a cuestas, la diabetes.

“Lo veía imposible, pero al final, consigues todo aquello a lo que dedicas esfuerzo”, reconoce todavía con emoción a El Confidencial. Beatriz combina sus carreras con su profesión, es periodista en TV3. Lleva una vida muy ajetreada pero tiene claras sus intenciones a corto plazo: “Quiero seguir disfrutando y compitiendo todo lo que me permita la vida”.

Está volviendo a la realidad, a su trabajo y adaptarse de nuevo a los horarios, Beatriz García acaba de regresar de la Antártida, donde completó el reto de los 4Deserts terminando la segunda en chicas. “No buscaba marca. Para mí el objetivo era disfrutarla y acabarla”, reconoce. La atleta catalana explica cómo han sido los dos últimos años de su vida: “Han sido dos años súper intensos. Cuando me lo planteaba lo veía imposible. Cuando encontré los recursos para ir, empezaron los tratamientos con mi dietista para saber qué debía llevar en la mochila para sobrevivir siete días en una carrera de autosuficiencia. No sabía cómo iba reaccionar la diabetes al ser un desgaste tan grande durante tantos días. En el primer desierto, además de tener unas condiciones climatológicas muy duras, llevaba la segunda mochila con más peso, pensé que no iba a terminar. Al final lo conseguí, luego ya ajusté más el peso, ya sabía lo que necesitaba para mi diabetes y ya llevaba algo más similar al resto”.

Para Bea García, su mochila ha sido una parte fundamental para lograr este reto. “En la mochila llevo el kit de la diabetes, glucómetros, insulina… Normalmente lo llevo por duplicado en las carreras muy largas y luego muchos suplementos, barritas, geles y comida. Hay gente a la que le da una ‘pájara’, se toma dos o tres geles y listo, pero en mi caso si no la atiendes como la tienes que atender te puedes desmayar y perder el conocimiento. Es más difícil de asumir que para cualquier otro corredor”, afirma. Aunque la mochila es indispensable para Bea, también marca las diferencias con el resto de participantes: “La principal diferencia es el peso y el material que tengo que llevar. No me puedo plantear una carrera pensando ‘me hago una mochila rápida con una manta térmica y un cortavientos y a correr’. Tengo que pensar que tengo que llevar comida, material de calidad, los elementos necesarios para medir la diabetes, etc. Tengo que salir a la montaña sabiendo que soy autosuficiente”.

A Bea García no le da miedo su enfermedad y además, anima a otros diabéticos a que practiquen deporte sin ningún temor: “Primero debes de conocerte bien a ti mismo, evidentemente no te puedes llevar a tu médico a la carrera, y analizar bien tus sensaciones. Hacer entrenos muy graduales e ir muy poco a poco. Una vez hagas esto, con el material necesario para controlar tu diabetes y pensando que no es imposible hacerlo, puedes hacer lo que te propongas. Con diabetes se puede hacer todo, pero debes llevar un control mucho más exhaustivo que cualquier otro deportista. Te tienes que mirar bien y no puedes ir a la aventura, siempre hay que ir con conocimiento y con medidas de precaución”.

Durante el reto de los 4Deserts, Bea no se encontró con problemas con la diabetes, aunque sí tuvo que tener más precaución a la hora de afrontar complicaciones en las carreras: “He tenido problemas derivados o asociados a la diabetes. Además del peso de la mochila en el primer desierto, en el segundo, me equivoqué de calzado y tuve heridas en los pies. Al ser diabética me podía dar infecciones y si las heridas iban a más tendría que abandonar. No fue algo que pasó por la diabetes, sino porque yo me equivoqué de zapatillas, pero sí que la diabetes hizo que eso fuera más importante. Al final, las ampollas siguieron igual y no fueron a peor, aunque me dolían muchísimo, pude seguir. Por suerte, ni en el tercero ni en el cuarto, que era el más desconocido climatológicamente, tuve ningún problema”.

Aunque Bea es una apasionada del deporte, su aventura corriendo empezó en 2006 cuando se aficionó al running tras haber practicado esquí. Desde entonces no ha parado de añadir kilómetros a sus piernas: “Empecé por carreras populares, pero siempre me gustó mucho la montaña. A través del alpinismo la descubrí en su versión más pura. Cuando juntas las carreras y la montaña es una combinación perfecta. En 2007, participé en mi primera carrera de larga distancia y ahí fue cuando descubrí que realmente me gustaba. Era un poco mi filosofía de vida, todo aquello a lo que dedicas esfuerzo al final lo consigues y es un poco lo que es la larga distancia”. Esta catalana explica lo que significan este tipo de carreras para ella: “Esto no es correr, mucha gente que es muy buena corriendo a las 10 o 15 horas para. No es sólo correr, es un deporte que es mucho más que correr, es más mental que físico”.