La disfunción eréctil en diabéticos predice la aparición de enfermedades cardíacas

Los servicios de Endocrinología y Cardiología del Hospital Universitario Doctor Peset y la Fundación para la Investigación en el Hospital Universitario Doctor Peset, han establecido una relación clara entre la disfunción eréctil en pacientes con diabetes tipo 2 y un mayor riesgo de patología cardiovascular.

Esta relación, detectada tras realizar un estudio con 154 pacientes con diabetes tipo 2 que no tenían ningún antecedente en su historial de episodio cardiovascular, prueba la validez de la disfunción eréctil como marcador de riesgo de patología coronaria en diabéticos. Las conclusiones del estudio acaban de ser publicadas en The Journal of Sexual Medicine.

"La aparición de la disfunción eréctil en un paciente con diabetes, sea cual sea su edad, nos está indicando que se ha alterado el endotelio (capa que recubre interiormente las arterias), lo que impide la correcta vascularización de los cuerpos cavernosos del pene. Con nuestro estudio hemos comprobado que este trastorno es un buen predictor de un futuro deterioro de las arterias a nivel general y, por tanto, es la primera señal para que el paciente sea controlado y se realice las pruebas pertinentes para evitar un infarto, un ictus o cualquier otro tipo de accidente vascular", explica el doctor Antonio Hernández Mijares, jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Doctor Peset.

Tradicionalmente, la relación entre la disfunción eréctil y la cardiopatía isquémica estaba bien establecida, puesto que se sabe que casi la mitad de los hombres con disfunción eréctil han tenido un infarto de miocardio previamente. Lo que no se había estudiado hasta la fecha era la prevalencia de la cardiopatía isquémica silente (no diagnosticada) en pacientes diabéticos sin antecedentes de patología cardiovascular y su relación con la disfunción eréctil como primera señal de la presencia de daño arterial.

Riesgo cuatro veces mayor

Para realizar el estudio se dividieron los participantes en dos grupos: diabéticos con disfunción eréctil y diabéticos sin disfunción eréctil. "Nuestra primera sorpresa ya fue comprobar que un alto porcentaje de los diabéticos tenía esta alteración, puesto que el 68,2% de los participantes en el estudio tenía disfunción eréctil, el 46,7% de ellos en un grado severo", señala el doctor Hernández.

Después se realizaron distintas pruebas (electrocardiograma, ecocardiografía, monitorización con Holter y pruebas de esfuerzo) para diagnosticar posibles daños coronarios (arterioesclerosis o endurecimiento de las arterias que dificulta el flujo sanguíneo). En aquellos pacientes en los que se detectó algún tipo de afectación se realizaron angiografías y cateterismos cardíacos para solucionar los problemas cuando era necesario.

"En todos los casos estábamos ante pacientes sin sintomatología de patología cardíaca y que no sabían que sus arterias estaban dañadas. Lo que les unía era que la inmensa mayoría de los afectados pertenecían al grupo con disfunción eréctil", apunta el jefe del Servicio de Endocrinología del Hospital Universitario Doctor Peset.

De hecho, en el estudio se llegó a la conclusión de que los pacientes con diabetes tipo 2 que, además, tenían disfunción eréctil en distintos grados presentaban cuatro veces más cardiopatías isquémicas silentes (no diagnosticadas anteriormente a la investigación) que aquellos pacientes con diabetes tipo 2 sin disfunción eréctil.

Concretamente, la cardiopatía isquémica silente fue diagnosticada en el 18,1% de los diabéticos con disfunción eréctil, frente al 4,1% en el grupo sin este trastorno sexual. "Sólo dos de los pacientes en los que detectamos patología cardíaca no tenía problemas de erección, en el resto había algún grado de trastorno sexual. Como el resto de parámetros estudiados (hipertensión, enfermedad vascular periférica, colesterol?) no presentaban diferencias significativas entre los dos grupos, hemos de apuntar a la disfunción eréctil como predictor de este daño vascular", asegura el doctor Hernández.

Así, la disfunción endotelial que caracteriza a este trastorno sexual, es también el principal marcador de un daño vascular generalizado. "En el pene, la disfunción endotelial es clínicamente evidente mucho antes que en otras zonas porque sólo la alteración del endotelio es suficiente para causar disfunción eréctil. Esto sitúa a la disfunción eréctil como un marcador válido de un posterior desarrollo de enfermedad cardiovascular en diabéticos", concluye el estudio realizado por investigadores del Hospital Universitario Doctor Peset y su Fundación.