GUADALAJARA (Notimex).- El experto Javier García de Alba García dijo que en una etapa inicial la diabetes tipo dos en niños puede presentarse asintomática a diferencia de los adultos que llegan a experimentar datos sugestivos entre ellos el miccionar con mayor frecuencia, tener más sed, y presentar presión alta.
El titular de la Unidad de Investigación Social, Epidemiológica y de Servicios de Salud (UISESS) del IMSS en Jalisco resaltó la importancia de detectar de manera oportuna la problemática con una sencilla toma de sangre.
‘Además de prevenir en sí la enfermedad en principio con una alimentación sana y la realización de actividad física diaria durante 30 minutos, aún en niños’, afirmó.
Expresó que la diabetes tipo 2, puede ser asintomática en los niños, ‘a diferencia de los adultos no dar manifestaciones como tener sed o aumentar frecuencia de orinar, y ya dar síntomas cuando hay algún daño o complicación, por lo que debemos detectarla en forma temprana’.
Manifestó que en la etapa preescolar y escolar es indispensable mantener una alimentación sana y una actividad física, con ambas medidas es posible prevenir la diabetes tipo dos en niños y adolescentes e incluso revertirla en etapas tempranas.
Explicó que aunado a los factores genéticos, que en el caso de tener padre o madre diabética aumenta el riesgo de que los hijos desarrollen la enfermedad hasta 25 por ciento, y en 50 por ciento si ambos lo son, otras condiciones como sobrepeso y obesidad, hipertensión, y sedentarismo, elevan la posibilidad de desarrollar el padecimiento.
Detalló que la diabetes puede gestarse desde la vida uterina, debido a que la deficiente nutrición en la mujer embarazada puede producir una inadecuada función del páncreas en el niño, lo que ocasionará resistencia a la insulina, sobre todo en los primeros tres meses del embarazo, etapa en la cual se forman los órganos del bebé.
Señaló que en el caso de niños con diabetes tipo 1, la enfermedad se presenta desde el nacimiento sin que intervengan factores externos porque de origen el páncreas presenta defectos que impiden metabolizar de forma adecuada la glucosa en sangre.
Mencionó que alrededor de 95 por ciento de los casos de diabetes infantil y juvenil corresponde al tipo 2, en tanto que 5 por ciento restantes es del tipo 1.
Precisó que en la pubertad y adolescencia se eleva el riesgo de diabetes debido a los cambios hormonales y a que muchos jóvenes pueden aumentar de peso en esta etapa y además algunos se inician en el consumo de alcohol, que incrementa los niveles de glucosa en la sangre o de tabaco que eleva el colesterol.
Destacó que es fundamental que en la adolescencia se refuercen los buenos hábitos y la alimentación sana debido a que en etapa adulta persistirán y será difícil contrarrestar los riesgos, de ahí la importancia de prevenir la enfermedad desde la infancia y juventud.
Comentó que al igual que en los adultos, la diabetes en niños y adolescentes puede derivar en daño renal, hiperglucemia, hipertensión, daños en la vista, úlceras, infecciones urinarias frecuentes e incluso proliferación de hongos en la piel y uñas.
Dijo que la expectativa de vida en personas diabéticas sin control y en estados avanzados se reduce de 10 a 15 años, ‘y la calidad de la misma se ve mermada, por lo que niños con diabetes al llegar a la etapa adulta pueden presentar estados de salud muy deteriorados’.
Subrayó que otro factor para la diabetes infantil y juvenil es que la práctica de ejercicio físico adecuado no siempre se garantiza en los espacios escolares, ‘aunado a que se ve tentado a comer comida chatarra, además de que se estima que hasta 40% de niños en México ven diario más de dos horas de televisión’.
Indicó que para prevenir la enfermedad desde la infancia ‘es importante incluir frutas y verduras en alimentación diaria en desayuno, comida y cena, consumir todos los grupos de alimentos básicos como cereales, proteínas, grasas, frutas y verduras.
Así como tomar como mínimo de uno a dos litros de agua natural al día, y realizar ejercicio cardiovascular preferentemente natación, bicicleta o caminata.
Sobre el consumo de golosinas, señaló que si bien debe restringirse, no puede ser prohibida del todo al niño, ‘por lo que se recomienda a los padres de familia permitir su ingesta eventual en el infante y contrarrestar sus efectos con actividad física adicional’.