A través de los ojos se pueden diagnosticar alteraciones en la función de los islotes que pueden conducir al desarrollo de la diabetes.
Es posible que en el futuro podamos medir nuestros niveles de azúcar en sangre a través de los ojos. ¿Cómo? Según un equipo de investigadores, nuestro ojo puede ser una especie de «ventana» que nos permita ver cómo están trabajando las células productoras de insulina en el páncreas, una información que podría ser especialmente útil para las personas con diabetes.
Los investigadores en el Instituto Karolinska, en Suecia, han descubierto una forma para estudiar la regulación de glucosa en el cuerpo basada en la transferencia de las células productoras de insulina esenciales del páncreas al ojo. Su trabajo se publica hoy en PNAS.
Los islotes de Langerhans, una parte del páncreas, están encargados de producir y secretar la insulina, la hormona que regula los niveles de azúcar en la sangre. Después de una comida, la hormona se libera en la sangre en una cantidad que está en proporción directa a la de alimentos ingeridos, por lo que los niveles de insulina en sangre varían de una comida a otra y entre cada individuo. En el caso de situaciones como la obesidad, se necesitan grandes cantidades de insulina para compensar el elevado consumo de alimentos y la insensibilidad a la hormona.
Se sabe que los islotes de Langerhans tratan de adaptarse a este tipo de situaciones incrementando el número de células beta productoras de insulina y/o modulando la secreción de insulina en respuesta a la ingesta de azúcar. Dicha plasticidad es esencial para el mantenimiento de los niveles normales de azúcar en sangre, y cuando no funciona de la forma correcta, causa diabetes, una enfermedad grave que ha alcanzado proporciones pandémicas. Y el mayor obstáculo para el estudio de los mecanismos exactos que intervienen en los islotes de Langerhans y cómo se adaptan a las condiciones individuales es su inaccesibilidad. Ahora, sin embargo gracias a este trabajo parece haberse encontrado una nueva forma de estudiar las células beta productoras de insulina: mediante la transferencia de los islotes de Langerhans en el ojo.
'Islotes informadores'
«Lo que hemos hecho es hacer las células ópticamente accesibles mediante el injerto de un pequeño número de 'islotes informadores' en los ojos de los ratones, lo que nos permite controlar la actividad del páncreas con sólo mirar a los ojos», explica Per-Olof Berggren, director del Centro de Investigación de Rolf Luft de Diabetes y Endocrinología. De esta manera, afirma, «podemos estudiar realmente las células beta productoras de insulina de una forma impensable hasta ahora».
En declaraciones a ABC, Berggren señala que en este trabajo se demuestra que se pueden utilizar los ojos como una «ventana natural» para ver lo que ocurre en nuestro organismo. Así -explica- «podemos seguir en el tiempo el estado funcional y los cambios morfológicos que se producen en los islotes pancreáticos, lo que significa que podemos diagnosticar alteraciones en la función de los islotes que pueden conducir al desarrollo de la diabetes, y además, controlar los efectos de un tratamiento sobre la función de los islotes».
'Islotes trasplantados'
Con esta aproximación los investigadores creen que se podría usar los ojos como una especie de «chivato» de la actividad del páncreas y permitiría lecturas del estado del páncreas bajo diferentes condiciones, tanto en personas sanas como enfermas. «Los cambios funcionales y morfológicos que ocurren en los 'islotes trasplantados' son idénticos a los que se producen en el páncreas», señala Erwin Ilegems.
En humanos
Los investigadores están convencidos que este sistema de «vigilancia» podría aplicarse de forma similar a los seres humanos. «El trasplante de unos pocos islotes pancreáticos en la cámara anterior del ojo representa una pequeña intervención quirúrgica de la que el ojo se recupera muy rápidamente y completamente», aseguran. Y nosotros ya hemos demostrado anteriormente en babuinos que incluso la presencia de un gran número de islotes trasplantados en la cámara anterior del ojo no causa ningún efecto adverso importante sobre la estructura y la función del ojo. Por eso, «creemos que en los seres humanos tampoco se verá afectada la visión del ojo y la función y que el trasplante de «islotes informadores» permitirán supervisar el estado del páncreas y la eficacia de los regímenes de tratamiento personalizado» .
Utilizando este nuevo sistema de seguimiento y tratamiento farmacológico, los científicos han reducido el consumo de alimentos en modelos de ratones obesos lo que significa que han detenido el crecimiento de la población de células beta. «También vamos a utilizar el sistema para identificar nuevas sustancias farmacológicas que regulen la plasticidad y la función de las células beta», señala a ABC el profesor Berggren.