Washington, 21 oct (EFEUSA).- Los aspectos no clínicos, como que el médico que atiende a un paciente conozca su idioma y su cultura, son claves en el tratamiento y la prevención de la diabetes, una enfermedad que padecen más de 26 millones de personas en Estados Unidos, un 12 % de los cuales se calcula que son latinos.
Así lo aseguró hoy a Efe la profesora de Medicina Preventiva de la Northwestern University de Chicago, la doctora y socióloga médica puertorriqueña Aida L. Giachello, durante la primera jornada del sexto Foro Anual de Colaboración Contra la Disparidad, de la Asociación Americana de la Diabetes.
"Aparte de los aspectos clínicos, hay otros elementos a considerar cuando se trata la diabetes, como lo que llamamos competencias culturales, que son todo lo que aprendemos durante nuestra vida, y que es importante que el médico conozca", explicó Giachello.
Para la profesora de la Northwestern University, un médico que esté familiarizado con la cultura del enfermo o que hable su idioma tendrá más herramientas para atenderlo mejor y le ofrecerá un tratamiento más satisfactorio.
Giachello señaló como ejemplo de competencia cultural que conocer el "mito del susto", la creencia extendida en México de que cuando a un diabético se le diagnostica la enfermedad tras un accidente se debe al susto que le ha provocado y no a que ya se padecía antes la dolencia, puede ayudar a corregir comportamientos de riesgo.
Porque la médica y socióloga subrayó que la población "tiene que concienciarse" del riesgo de sufrir esta enfermedad que es la primera causa de los nuevos casos de ceguera, de amputaciones y de problemas renales en Estados Unidos, así como una de las principales causas de muerte, según detalló.
Así, recomendó mantener una alimentación variada, evitar los establecimientos de comida rápida, tomar cinco raciones de fruta y verdura diarias y realizar cada día unos 30 minutos de actividad física, con cinco minutos de alta intensidad.
La diabetes es una enfermedad que hace que el organismo no produzca la suficiente insulina, lo que le impide procesar los azúcares que ingiere y la Asociación Americana de la Diabetes la define como una "epidemia" y una "crisis sanitaria" en Estados Unidos a día de hoy.
Como muchos de sus síntomas aparentan ser inofensivos, de los 26 millones de diabéticos que hay en Estados Unidos, se estima que unos 7 millones desconocen que padecen la enfermedad.
Su incidencia es mayor a la media entre minorías como la latina, la afroamericana o la asiática, algo que Giachello atribuyó a los mayores índices de obesidad y pobreza que se dan en estas comunidades, lo que les dificulta el acceso a una alimentación más saludable y a la atención sanitaria.
En este sentido, Giachello afirmó que la reforma sanitaria conocida como "Obamacare" resultará "positiva" para estas minorías, ya que hasta ahora "estaban marginadas de la sanidad y muchos tenían diabetes y ni lo sabían o se tenían que conformar con remedios caseros".
"Antes, si eras pobre y diabético, no podías tener un seguro médico", destacó la médica, pese a que matizó que "con 'Obamacare' ha mejorado la situación, pero tampoco es perfecto, porque quedan fuera los indocumentados y los empleados de empresas de menos de 25 trabajadores".
Se calcula que cada año la diabetes cuesta a Estados Unidos 245 millones de dólares, entre atención sanitaria y pérdidas a las empresas.
Además, aproximadamente 79 millones de estadounidenses sufren prediabetes, tienen unos niveles de glucosa en la sangre mayores que los normales pese a que no lo suficientemente altos como para que se les diagnostique diabetes, aunque están en una situación de riesgo.
A ellos se dirige un nuevo ensayo clínico que el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos anunció hoy, para investigar si los suplementos de vitamina D ayudan a prevenir o eliminar el desarrollo de la diabetes.