La Asociación Ceutí de Diabetes (ACD) ha recordado a la población musulmana afectada por la diabetes tipo 1 que no tienen por qué cumplir con el ayuno del Ramadán. Una situación distinta es la de los pacientes con diabetes tipo 2, para los que “guardar ayuno dependerá del momento de la enfermedad en que se encuentren, dado que el tratamiento será distinto”.

En palabras de Menana Hossain, presidenta de la ACD, “es recomendable que el paciente realice controles de glucemia antes de romper el ayuno y dos horas después de comer, una operación, asimismo, que debe repetirse después de la última comida de la noche”.

Exámenes periódicos de la glucosa

Por su parte, y por lo que respecta al período diurno, “es aconsejable someterse a un examen a media mañana y a media tarde –explica Hossain–, y si las cifras de glucosa están por debajo de 60 mg/dL, hay que comer por riesgo de hipoglucemia; Igualmente, también si están por encima de 300 mg/dL, pero por la amenaza de hiperglucemia”.

En todo caso, la ADC considera fundamental que los pacientes eviten los alimentos ricos en carbohidratos de absorción rápida –caso, entre otros, de los batidos, los zumos y la miel– y reduzcan el consumo de frituras. Por el contrario, la Asociación recomienda la ingesta de agua y fruta, y “en la última comida de la noche, tomar pan integral, yogur, queso o fruta, que permitirán conservar energía para el resto del día”.

En este contexto, la compañía farmacéutica MSD ha presentado recientemente ‘Las realidades del ayuno durante el Ramadán’, documento basado en las recomendaciones de la Asociación Americana de Diabetes (ADA) y avalado por la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE), miembro de Somos Pacientes, que, por segundo año consecutivo, tiene por objeto informar a la población musulmana con diabetes sobre las complicaciones que se pueden producir como consecuencia del ayuno en el mes del Ramadán –entre el 9 de julio y el 8 de agosto.