El Dr. Uday Kompella, profesor recientemente reclutado por la Facultad de Farmacia del Centro de Ciencias de la Salud (Health Sciences Center) de la Universidad de Colorado Denver, está aplicando la nanotecnología a la formulación de fármacos para la retinopatía diabética, poniendo al área de Denver a la cabeza en investigación sobre la diabetes. El Dr. Kompella, procedente de la Universidad de Nebraska, dirige un grupo de investigación de 10 científicos centrado en nuevas formulaciones de fármacos para el tratamiento de enfermedades oculares.
El proceso consiste en mezclar el fármaco con un polímero especialmente diseñado. La química del polímero debe coincidir con la del fármaco. Aunque la química es compleja, las técnicas sintéticas son bastante básicas. Las nanopartículas se crean bañando la disolución de fármaco y polímero con energía de una intensidad y frecuencia específicas. El polímero rodea el fármaco para crear las partículas en lugar de mezclarse con él, siguiendo los mismos principios que mantienen separados el agua y el aceite. Una vez creadas las partículas, se eliminan los diversos solutos por medio de técnicas de evaporación y las partículas se reúnen por centrifugación de alta velocidad. Esto crea diminutas píldoras inyectables de larga duración. Una vez encapsulado el fármaco en el polímero, las nanopartículas se pueden recubrir con una segunda molécula que dirige el fármaco hacia un tejido específico. Aunque todavía deberán pasar varios años antes de que esta técnica sea aprobada por la FDA, los miembros del equipo del Dr. Kompella han logrado dirigir fármacos, con éxito, hasta los ojos de ratas diabéticas, utilizando estos sistemas de administración.
La retinopatía diabética es una de las principales causas de ceguera y una de las muchas complicaciones a las que se pueden tener que enfrentar los diabéticos. Se calcula que un 40% - 45% de los pacientes con diabetes padecen alguna forma de esta complicación. La causa de la retinopatía diabética es una elevada glucosa en sangre. Con el paso del tiempo, la glucosa va engrosando lentamente las paredes de los capilares, haciendo que sea más difícil para los nutrientes pasar desde la sangre al interior de los tejidos que los necesitan. Puesto que la retina es uno de los tejidos metabólicamente más activos del cuerpo, necesita más nutrientes, siendo uno de los primeros tejidos afectados.
Un control agresivo de los niveles de azúcar en sangre disminuye considerablemente el riesgo de que se produzca esta complicación. La enfermedad tarda años en desarrollarse, por lo que los pacientes diabéticos tienen una oportunidad de modificar su estilo de vida para ralentizar e incluso frenar el proceso. Una vez que se ha desarrollado la retinopatía, los tratamientos son limitados. Actualmente, los médicos utilizan láseres para destruir físicamente nuevos vasos sanguíneos y cauterizarlos. El proceso frena la continua pérdida de visión, pero no devuelve la visión que ya se ha perdido. Por eso es tan importante que los pacientes con diabetes se sometan a revisiones oculares periódicas, con el fin de detectar el problema a tiempo.
Los fármacos que frenan el crecimiento capilar están todavía en fase experimental; son estos fármacos lo que el Dr. Kompella está estudiando para su nuevo proceso de formulación.