La educación y el apoyo especializado mejoran la toma de conciencia de la hipoglucemia en personas con diabetes tipo 1 que conviven con la enfermedad desde hace tiempo y padecen hipoglucemia inadvertida (HI), sin comprometer el control de la glucosa en sangre.
"Demostramos que la vida de las personas con diabetes tipo 1 que se complica con la HI puede mejorar con educación y apoyo especializado, sin importar cómo utilizan la insulina y monitorizan la glucosa en sangre", dijo el autor principal del estudio, doctor James A.M. Shaw, de la Newcastle University, en Gran Bretaña.
"A pesar de las crisis peligrosas y habituales antes de la investigación, el 80 por ciento de los participantes del estudio HypoCOMPaSS no volvieron a sufrir otra hipoglucemia grave durante el estudio", añadió.
Casi la mitad de las personas con diabetes tipo 1 durante más de 15 años tienen hipoglucemias graves (HG) que demandan la asistencia de otra persona para poder recuperarse, según publican en la revista Diabetes Care Shaw y colegas del Reino Unido y Australia.
Los autores señalan que un cuarto de las personas con diabetes tipo 1 padecen HI, y que la HG es seis veces más común en esos pacientes.
El equipo comparó la efectividad de distintos enfoques para controlar y monitorizar la glucosa en sangre en pacientes con HI, definida como un Score de Gold 4 o superior. El 97 por ciento utilizaba múltiples inyecciones diarias (MID) al inicio del estudio y el 3 por ciento usaba bombas de insulina. El valor de HbA1c promedio era de 8,3 por ciento.
Antes de aleatorizar a los pacientes, éstos participaron de una sesión educativa de una o dos horas orientada a cuatro puntos: "nunca demorar el tratamiento de la hipoglucemia; reconocer los momentos personales de alto riesgo; detectar síntomas sutiles, y comprobar la caída de la glucosa con el autocontrol habitual, en especial, la hipoglucemia nocturna".
Los pacientes también recibieron información sobre el ajuste de la cantidad de insulina con el consumo de carbohidratos, la automonitorización de la glucosa en sangre (AMGS) y la actividad planificada.
Aprendieron a consumir carbohidratos cuando los valores de glucosa cayeran por debajo de 4,0 mmol/L.
Luego, al azar, los 96 pacientes integraron uno de cuatro grupos.
Los participantes se reunieron con los investigadores cada cuatro semanas y recibieron llamadas telefónicas semanales para reforzar el cumplimiento de las guías sobre administración de la insulina y prevención de la hipoglucemia.
La cantidad de hipoglucemias bioquímicas (3,0 mmol/L o menos) disminuyó de 53 minutos por cada 24 horas a 24 minutos por cada 24 horas, sin deterioro del valor de HbA1c.
"Pensábamos que la hipoglucemia grave era una consecuencia inevitable de la diabetes de larga duración, que la condición empeoraba con el tiempo. Ahora, para la mayoría, un paciente empeora porque 'la hipoglucemia provoca hipoglucemia'. El estudio HypoCOMPaSS demuestra que se puede romper ese ciclo vicioso en la mayoría de los casos", sostuvo Shaw.