La intolerancia a la glucosa, la diabetes o la resistencia a la insulina no estuvieron asociadas con las características patológicas del Alzheimer o la carga amiloide cerebral en el Estudio Longitudinal de Baltimore sobre el Envejecimiento (BLSA, por su sigla en inglés).
La intolerancia a la glucosa y la diabetes podrían ser factores de riesgo del Alzheimer, pero la evidencia científica es contradictoria, según explican los autores en JAMA Neurology.
El equipo del neurólogo Richard O'Brien, del Centro Médico Bayview de Johns Hopkins, Baltimore, Maryland, dijo que la intensidad de las evaluaciones durante el BLSA, incluida la prueba oral de tolerancia a la glucosa (POTG) en serie, lo convierte en un estudio ideal para analizar los efectos de la intolerancia a la glucosa y la resistencia a la insulina en la acumulación amiloide y la formación de ovillos neurofibrilares en el cerebro.
Los autores estudiaron a dos grupos de pacientes: a 197 con dos o más POTG y estudios cerebrales postmortem y a 53 pacientes vivos con dos o más POTG y PET con agente de detección amiloide (Compuesto B de Pittsburgh).
El equipo no pudo detectar correlaciones significativas entre las determinaciones de la patología cerebral del Alzheimer o la carga amiloide en los resultados de las imágenes por PET y la intolerancia a la glucosa o la resistencia a la insulina en los pacientes con un promedio de 6,4 POTG durante los 22 años de seguimiento.
Tampoco halló una relación entre el diagnóstico clínico de demencia y la hiperglucemia o la hiperinsulinemia.
"Nuestros resultados coinciden con otros estudios que no habían identificado una asociación entre la diabetes y el Alzheimer, y prolongamos estas observaciones a la hiperglucemia y la resistencia a la insulina", indica el equipo.
O'Brien dijo: "Nuestros hallazgos son totalmente compatibles con la literatura médica, es la literatura la que quedó de lado en el último revuelo alrededor de la diabetes y el Alzheimer".
Y citó una entrada de septiembre del 2012 en un blog del New York Times que favoreció ese revuelo: "¿Es el Alzheimer la diabetes tipo 3?".
En cambio, señaló que la enfermedad vascular, en lugar de la patología amiloide, podría explicar la asociación entre la diabetes y el deterioro cognitivo detectado en algunos estudios.
"Muchas pruebas sugieren que la enfermedad cardiovascular favorece la aparición de la demencia en los adultos mayores", explicó.
"Los diabéticos necesitan tratar sus factores de riesgo vascular de manera agresiva, pero es poco probable que la diabetes aumente la porción asociada con el Alzheimer de los factores de riesgo de la demencia", agregó.
El doctor David M. Holtzman, jefe del Departamento de Neurología de Washington University, St. Louis, Missouri, y que no participó del estudio, lo consideró "bien hecho" y aclaró que no puede decir si la diabetes predispone a desarrollar Alzheimer.
"Pero las conclusiones que podemos sacar son pocas porque la mayoría de las personas estudiadas no tenían diabetes. De hecho, la mayoría ni siquiera tenía prediabetes", agregó.
Los Institutos Nacionales de Salud y el Fondo de Burroughs Wellcome para la Investigación Traslacional financiaron el estudio. Los autores declararon no tener conflictos de interés.