La polémica suscitada en cuanto a las cantidades de «carne roja» que es seguro ingerir y cada cuanto tiempo, por su implicación en procesos cancerosos, cardiocirculatorios, diabetes mellitus, morbilidad y mortalidad en la población continúa. En los últimos meses diversos estudios han advertido sobre los riesgos del consumo de carne roja en relación al riesgo cardiovascular e incluso con el cáncer. Ahora, un trabajo publicado en JAMA Internal Medicine profundiza en el riesgo de diabetes tipo 2 al analizar durante un periodo prolongado de tiempo la relación entre diabetes tipo 2 y el consumo de carnes rojas.

Las carnes quizás han sido de los primeros alimentos del hombre, antes de hacerse recolector. Al principio cruda y después transformada por el fuego. En las últimas décadas, a causa de diversos factores económicos, sociales y avances en la producción, conservación, manipulación y transporte, se ha disparado el consumo de carnes, en algunas ocasiones, más allá de lo recomendable.Desde el punto de vista nutricional, la carne es un alimento de la dieta que aporta proteínas.

El equipo de An Pan, de la Universidad Nacional de Singapur, han analizado los datos de tres grupos de estudio de la Universidad de Harvard: 26.357 hombres procedentes del Health Professionals Follow-up Study; 48.709 mujeres del Nurses' Health Study, y 74.077 mujeres en el Nurses 'Health Study II. Las dietas se evaluaron mediante cuestionarios de frecuencia alimentaria. En total registraron 7.540 casos nuevos de diabetes tipo 2.

Riesgo acumulado

Los resultados mostraron que el aumento en la ingesta de carne roja durante un intervalo de cuatro años se asociaba con un riesgo elevado de diabetes tipo 2 durante los siguientes cuatro años en cada uno de los grupos analizados. Además, en comparación con un grupo sin cambios en el consumo de carne roja, el aumento de la ingesta de carne roja en más de 0.50 porciones por día se relacionaba con un aumento en el riesgo del 48% en el período de 4 años siguiente.

No obstante, los autores advierten que el estudio es observacional por lo que la causalidad no puede deducirse. Ahora bien, los investigadores señalan que sus datos confirman la solidez de la asociación que existe entre el consumo de carne roja y la diabetes tipo 2 y añaden una prueba más de que limitar su consumo de confiere beneficios para la prevención de diabetes tipo .

En un comentario, William J. Evans, de la Universidad de Duke (EE.UU.) señala que este trabajo «confirma observaciones previas sobre la relación entre la diabetes y el consumo de carne roja». En su opinión, sería recomendable «aconsejar reducir su consumo para disminuir la epidemia de diabetes tipo 2. Pero -matiza-, las recomendaciones de salud pública deben dirigirse a fomentar el consumo de carnes bajas en grasas, pero también de pescado, aves y productos lácteos bajos en grasa. El problema no es el tipo de proteína (o carne), el problema: sino el de grasa», concluye Evans.