Hola,
mi nombre es Santiago, tengo 19 años, soy gallego, diabético tipo I y he debutado hace exactamente dos meses, el 31 de marzo. La noticia fue bastante brusca. Llevaba como dos semanas bebiendo y orinando mucho. Estudio en Santiago de Compostela, y un domingo que estaba en mi ciudad natal me decidí a ir al médico antes de volver a Santiago, ya que además ese día me había empezado un dolor en la zona de los riñones. Sin mayor preocupación, voy y decide mirarme la glucosa en sangre. Cual es mi sorpresa cuando me dice sin ton ni son: "Chico, eres diabético". Tenía una glucemia de 325. Asustadísimo y sin casi vocalizar le pregunté que si era peligroso tener tal nivel de azúcar. El "médico" me dijo textualmente que no, que lo peligroso era tener más de 400. Me dio una dieta de 1500 kcal (pesando 58 kg y midiendo 1,83) y me dijo que el martes fuera a mi médico de cabecera. Como es comprensible, salí prácticamente llorando de la consulta, y con la misma llamé a mi madre (estaba de viaje) y me eché a llorar. Me dijo que me tranquilizara y que fuese con mi tía al hospital, que ella estaba de camino. Dicho y hecho. Voy al hospital, me hacen una serie de pruebas durante toda la noche y confirman lo obvio: soy diabético. No pegué ojo en más de 24 horas. Me explican todo lo relacionado con la enfermedad y me dan el alta.
Con el paso de los días voy adquiriendo poco a poco experiencia, pero actualmente me encuentro, sinceramente, un poco hundido. Estoy de exámenes, y he dejado todas. Falté dos semanas a clase a causa del debut, no me atrevía a ir para allá, y ahora cada vez que intento estudiar no me doy concentrado. Tengo los controles descontrolados. A veces tengo picos de 200, otras tengo bajones a 45, y me desespero. Tengo la cabeza hecha un lío, no sé que hacer e incluso me estoy planteando dar por vencida la carrera, ya que si no apruebo 9 de 10 asignaturas no opto a beca y no puedo permitirme estudiar fuera sin beca. Estoy muy bajo de moral, no me apetece hacer nada, solo quedarme en casa, y sinceramente cuando veo a mis amigos siento algo de envidia.
Sé que no soy el único que ha pasado por esto y que no es la peor situación del mundo ni mucho menos, pero la verdad, no sé si es que yo soy demasiado dramático o qué, pero siento que la diabetes me ha arruinado mis planes de futuro.
Gracias por escucharme, necesitaba desahogarme.