Yo soy una persona muy activa y llevaba un tiempo que estaba muy cansada, mi visión sufría alteraciones, comía cuatro veces más y en cuestión de poco tiempo adelgacé unos 8kg ( bastante para lo delgadita que soy), bebía agua desmesuradamente y lógicamente iba al lavabo con mucha frecuencia, tenía ansiedad por comer dulce ( 6 donuts, 2 cocacolas, patatas bravas, esa fue mi última noche). Después de llevar unos meses rara mi pareja miró en internet los síntomas, ya se sabe que esto no se debe hacer pero era para ver si era una cuestión para ir al médico o no, el tiempo es oro. Para mi sorpresa todos los síntomas me llevaban a una diabetes, no tenía ni idea de los tipos ni nada, lo único que sabía es que se puede llevar una vida normal.
Fui al médico y bueno, yo iba muy tranquila hasta que me dijo... corre al hospital que allí te asignarán una educadora para que te explique como funciona todo. Me descolocó por completo porque solo me explicaba que mi cuerpo estaba dejando de fabricar insulina y había que tratarlo. El caso es que mis padres viven cerca y fui para comentar lo que pasaba, me asustaron todavía más, no tenía nada claro qué me estaba pasando y ya estabamos corriendo.
En fin, que yo iba muy tranquila, sin problemas para aceptar lo que me dijeran pero las caras y los golpes de ánimo cada vez me ponían más nerviosa. Para empezar me dieron una semana de baja cosa que tampoco entendía, yo podía hacer una vida normal con esta enfermedad. Me explicaron como funcionaba todo el tema de los bolis de insulina, hicimos unas pruebas, ahí fue cuando me desmoroné, mi vida ha cambiado y le tengo pánico a las agujas, cómo lo voy a hacer. Las primeras semanas lo pasé fatal, mis deditos parecían pequeños coladeros, no me quedaba espacio para tomarme las muestras y los tenía muy sensibles, inyectarme la insulina me llevaba 10 min. hasta que me atrevía a pinchar. Todo un show. Esta enfermedad no está hecha para mi, pensé.
Lo que mejor llevo es el tema de la comida, sin problemas, comer verdura y cosas a la plancha... no problem. Lo peor son las ansiedades de las fiestas de cumpleaños, tartas, refrescos, etc pero bueno, una buena ensalada y se te quitan las tonterías.
Debo decir que mi pareja me apoyó mucho, me dejó mi espacio para que me encontrara cómoda y me daba ánimo en los momentos de bajón, mi familia igual preocupada en todo momento para ver cómo lo llevaba, no me puedo quejar, en ese momento estaba entre algodones.
Hace unos meses agradecí a mi equipo médico todo lo que me ayudaron, el calor y la seguridad que me dieron en estos momentos tan difíciles porque su trabajo me ayuda en mi día a día.
Así que desde abril de este año me considero una diabética acelerada, dedicada a la buena alimentación y al ejercicio.
Considero que para nada llevo una vida normal, eso era lo que hacía antes de comer a deshoras, lo que me apeteciera y poder picar entre comida y comida, hacer el ejercicio cuando podía, no tener que llevar reservas en el bolso, ni tener que estar pendiente si me falta algún carbohidrato. Me da apuro cuando tengo que parar y " repostar" porque siempre tengo algo que hacer. Pero si algo me ha enseñado la diabetes es a tomarme la vida con más calma. Disfrutar en todo momento y saborear al máximo el bien más preciado, la comida.
Ahora que ya estoy más mentalizada de qué le pasa a mi cuerpo estoy esperando cuando termina la luna de miel, así me quito la L.
Me ha venido bien como desahogo, hace tiempo que estoy leyendo y tenía ganas de escribir.
Un saludo