En estos días de verano (y en otros de invierno), en tardes de paseo y sidra con Regina hemos recordado nuestros comienzos con la diabetes de nuestras hijas.
Ambas tuvimos que sufrir al "delincuente" de endocrino que nos tocó. Yo menos tiempo que ella, es cierto, porque mi hija debutó con 8 años (la suya con 5) y mi paciencia tiene un límite mucho mayor que la suya, por lo que en poco tiempo mandé al delincuente a donde se fue el sombrero el día del aire.
Enseguida busqué información por internet, igual que ella, y ambas encontramos el "difunto foro" en el que empezamos a entender de qué iba esta enfermedad y cómo manejarla.
Cuando descubrí el foro, apenas tenía unos 60 miembros, y sólo unos cuantos realmente activos. Entonces empecé a plantear mis dudas, que eran montones, y me encontré con Nico. Nico era todo un personaje. Rudo, mal hablado, de los que le dicen al pan, pan. No usaba paños calientes ni suavizaba situaciones. Pero sabía de diabetes lo que pocos. Y me explicó cómo funcionaban las curvas de la insulina, y que mi hija bebería alcohol alguna vez y valía más prevenirlo que intentar evitarlo, y pronosticó sus rebeldías, dándome pautas sobre cómo afrontarlas en cuanto a su diabetes.
Nico no soportaba a la gente que arreglaba las cosas con un "Dios te bendiga" o "Todos estamos contigo" o "No hay que decir palabrotas" Él buscaba la causa de que mi hija estuviese alta, o baja, o inestable, y me ayudaba, nos ayudaba a entender, a actuar, a pelear con los estamentos. Recuerdo cuando nos decía, si alguien tenía problemas con quien debía darle los consumibles: "Nunca discutas con subalternos. Pide nombre y cargo y reclama en instancias superiores"
Mucho hemos recordado Regina y yo a Nico. Desapareció del difunto foro, creo que harto de que le llamasen prepotente o de que se fijasen en cómo decía las cosas en vez de en cómo ayudaba, o simplemente se aburrió. Pero aprendimos de él mucho más que de todos los endocrinos y educadoras que tuvimos hasta hoy.
No creo que Nico entre en este foro a echar una ojeada, pero, si lo hace, desde aquí le doy las gracias y espero devolverle el favor intentando ayudar, al menos en parte, a los nuevos, del mismo modo en que él nos ayudó a nosotros.
Gracias, Nico.