Os recomiendo un blog interesante: Link
En él he leído esto (matizo que la liraglutida solamente trata la diabetes tipo 2):
En el último boletín evaluación farmacoterapeútica del CIEMPS se publica un análisis sobre la liraglutida (incretina para el tratamiento de la Diabetes Mellitus) en el que se concluye que:
- No supone avance terapéutico alguno, ni siquiera para algún grupo de pacientes con alguna característica especial. Es, por tanto un me-too, (igual eficacia que otros del mismo grupo terapéutico y seguridad teórica similar aunque sin estudios en fase IV)
- Los seis estudios que la avalan son de baja o muy baja calidad con deficiencias en el diseño, sin incluir la morbimortalidad como variable de eficacia, comparando la molécula con placebo y/o con sustancias a dosis máximas poco utilizadas en la práctica clínica (Glimepirida), o con sustancias retiradas del mercado (Rosiglitazona).
- Tiene el mismo perfil de reacciones adversas que el resto de los análogos de GLP-1 aunque mayores tasas de abandono.
- Se sospecha que puede producir pancreatitis aguda y neoplasias de tiroides. No se dispone de información de seguridad a largo plazo.
- Los pacientes han de pinchársela porque no tiene forma oral
- Es el doble de cara que la insulina más cara (glargina) y tres veces más cara que la insulina NPH.
Entiendo que la AEMPS (Agencia reguladora española), en su larga trayectoria de desentendimiento en sus actos con las consecuencias sobre la salud de los ciudadanos y la sostenibilidad del Sistema Sanitario Público, haya admitido su comercialización. Es tan aséptica en sus veredictos…
Pero no puedo entender que este gobierno, a través de su Dirección General de Farmacia y Productos Sanitarios haya admitido su financiación pública.
Porque, ¿acaso hay alguna “alma cándida” en el Ministerio que no sabe que, tras su financiación pública, se dispara una red de agentes comerciales que sabiendo (o sin saberlo) que su producto no es mejor que otros, han de utilizar todas las “estrategias posibles” para posicionarlo entre la prescripción médica? ¿Acaso no saben que muchos médicos serán receptivos a tales estrategias (alguna vez analizaré el perfil de estos médicos) y esto producirá un despilfarro económico al sistema y una merma en la seguridad de los pacientes tratados?
Son muchas las voces que han pedido, desde hace años, un cambio en la política de medicamento en este país, sin ir más lejos, en este mismo blog he publicado dos entradas en este sentido (“Ha mostrado ser no inferior” y “Y la AEMPS sigue sin enterarse”) pero son muchos más los autores. Pero si esta política siempre ha sido insostenible, con la crisis económica actual es moralmente reprobable.
No puede ser que se estén cerrando servicios sanitarios y eliminando contratos de personal sanitario que SI afectan a la atención sanitaria y a la vida de las personas y se perpetúe una política del medicamento que SOLO beneficia a los intereses económicos de las grandes industrias farmacéuticas y NO a la salud de los ciudadanos.
Creo que ya es hora de decir basta, creo que ya es hora de denunciar estas políticas que priorizan a las empresas y sus beneficios industriales. Las decenas de millones de euros que se van a derrochar financiando un producto innecesario, podrían dedicarse a mantener esos servicios sanitarios que se están cerrando.