hola. Tengo 27 años y soy diabetica tipo I desde hace 17 años, hace 2 años atras tuve una hiperglucemia severa, con convulsiones seguida de paro respiratorio, lo cual conllevo a mi papá a ponerme urgente el glucagon y hacerme maniobras de resusitacion y ahora estoy aqui para contarlo. Fue una experiencia horrible, tuve muy poco tiempo de reaccion, cuando me di cuenta ya era tarde, me desperte en un hospital, gracias a dios no me han quedado secuelas. Queria saber si alguien ha pasado por lo mismo que yo, porque es hasta el dia de hoy que no puedo olvidar esa situacion y tengo los sintomas todo el tiempo, aunque mi diabetes este dentro de los rangos normales.Saludos.
Buenas Pitu! Desgraciadamente yo sí puedo decir que tambien pasé por lo mismo hace ya unos años.3 veces.La ultima con convulsiones.No recuerdo absolutamente nada.Me contaba mi madre que eran tan fuertes las convulsiones,que entre los 2 ambulancieron que vinieron,no eran capaces de sujetarme la mano para ponerme una via.Os podeis imaginar como quedó mi mano....Y bueno,hasta me oriné encima.En fin,es una experiencia muy muy desagradable,y es logico que ahora sientas que tienes hipoglucemias a todas horas.Se coje miedo,mucho miedo.Pero bueno,será cuestion de que tu medico que vuelva a reajustar las dosis de insulina o lo que él crea conveniente.Mucho animo
Una durante la adolescencia, salí de fiesta y desperté en el hospital mientras me ponían glucagon y la b12... El susto fatídico tanto para mi como para mis padres y mi hermana... Creo que fue la ultima vez que tomé más de tres copas.
La segunda me sucedió en cuenca, estaba trabajando en la rehabilitación de un castillo feudal... Cuando sin darme cuenta perdí la consciencia por suerte un compañero y amigo mio se dio cuenta de lo que me pasaba y salio corriendo a por el glucagon, se armo de valor y aunque me lo pincho en la tripa y me hizo un hematoma del tamaño de un puño me salvo porque donde estábamos tardaban las ambulancias en acceder por lo escabroso del camino y podría haber acabado con algo mas que un hematoma.
Ambas sin consecuencias graves, salvo la perdida de consciencia, un susto del copón para el que presencia el evento y el posterior comedero de tarro para el que lo protagoniza.