Guarderías y colegios rechazan a un niño diabético que necesita 18 pinchazos diarios
«Ha solicitado plaza en nuestra escuela infantil, pero debido a las atenciones médicas que necesita el niño durante la jornada nos vemos obligados a denegársela». «Mediante a presente se lle informa que o centro non dispón de persoal especializado para poder atendelo nas debidas condicións de seguridade para a súa saúde». Son dos de las respuestas, por escrito, que han recibido los padres de un niño coruñés de tres años que sufre una rara diabetes. «La tiene desde los doce meses y nos dicen que es uno de los cinco únicos casos que hay en España en niños», explica Carlos Abelenda, el padre del pequeño.
En un informe de la pediatra del pasado julio se detalla que el pequeño «se encuentra bien vacunado y no presenta en la actualidad ninguna situación clínica que le impida la escolarización según la normativa vigente». No obstante, detalla que el niño «tiene diabetes tipo 1 de difícil control, que precisa múltiples mediciones diarias de glucemia y vigilancia estricta».
Los padres son los que llevan a cabo dichas mediciones y «muchos días hay que hacerle 18 pinchazos para controlarle los azúcares, porque no es la primera vez que se queda en coma y eso le puede dañar el cerebro», explican en presencia de la hermana mayor del pequeño. Al menos cuatro dosis diarias de insulina es lo que necesita el niño nacido en diciembre del 2008, que no puede hacer ejercicio y al que le afecta negativamente la calefacción. En otro informe del servicio de endocrinología del Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña se insiste en dicho problema: «Es muy importante el control de la hipoglucemia, porque puede originar daño cerebral en un cerebro tan inmaduro».
Los padres están muy agradecidos al seguimiento que lleva a cabo la endocrinóloga del pequeño, «con la que estamos en contacto las 24 horas» y que «no quiere ingresarlo, de hecho el niño tiene muy pocos ingresos hospitalarios, para que no sufra tanto y siga teniendo relación con los otros niños». El padre puede cuidar el pequeño porque no está trabajando, pero dice que están «cansados» y no saben «adónde recurrir».
Desde hace dos años buscan una solución, incluida una declaración de minusvalía o de dependencia; para lograr esto acudieron al juzgado. Tras la demanda contra la Consellería de Traballo presentada en el mes de junio del 2010, la sentencia del Juzgado de lo Social número 1 de A Coruña llegó el pasado mes de noviembre y la decisión fue declarar que el menor «tiene un grado de minusvalía del 24 %» y obligar a la Administración «a estar y pasar por dicho pronunciamiento, y a aceptar cuantos efectos se deriven del mismo». Por aquí tampoco llegó una solución buscada asimismo por el Ayuntamiento de Cambre, donde tienen la residencia: «De entrada todo era que sí, que buscaban una solución antes del mes de septiembre, pero al final tampoco han hecho nada». Por su parte, la Consellería de Educación indicó que estudia el caso antes de dar una valoración.