Bernat Soria ha dejado de ser ministro, y lo primero que me vino a la mente es "Qué lástima".
Y no lo digo porque me dé pena que haya perdido el sillón, no. Lo que da lástima es lo poco que nos ha servido a los diabéticos, cuando han sido precisamente las asociaciones de diabéticos las que lucharon por él y por que sus investigaciones pudiesen desarrollarse en España.
Le apoyamos, firmamos e hicimos manifestaciones, luchamos por él...y, cuando llegó al sillón, simplemente dejó de vernos.
Lástima, Sr. Ex-ministro, porque no es que haya perdido un sillón, sino que ha perdido nuestro respeto, aunque seguramente usted lamenta más lo primero que lo segundo.