Buenas tardes!
Me llamo Elena y actualmente estoy embarazada de 34 semanas, de mi segunda hija. En mi primer embarazo tuve diabetes gestacional, más bien "leve, si es correcto utilizar ese término.
En la curva de sobrecarga de glucosa tuve dos valores alterados, pero muy próximos al límite, y con dieta y ejercicio todo estuvo controlado, sin necesidad de insulina. Mi hija nació por cesárea (por estar de nalgas, sin tener nada que ver con la diabetes) a sólo unos días de cumplir 40 semanas y con un peso de 3,800 kg. En la ecografía de la semana 33 se estimó un peso de 2,500 kg.
En este segundo embarazo la curva de glucemia sólo salió alterada en un valor (el primero tras la sobrecarga) y no en exceso (200), pero preferí llevar un seguimiento con endocrino, por precaución.
Me hago de controles con glucómetro día sí y día no, en ayunas y a la hora de desayunar, comer y cenar. Hasta ahora, todos los valores postprandiales que me he medido son correctos, el límite que se me indicó es de 140, estando mis valores entre 100 y 130, aprox y siendo los más altos los del desayuno, seguidos de los de cena y por último comida.No obstante, en el desayuno he comprobado que bajo a niveles de casi hipoglucemia a las dos horas.
Los valores en ayunas me salen algunos días un poco alterados, por muy pequeño rango, ya que están siempre entre 92 y 99, siendo el límite indicado 95. Esta circunstancia de los valores en ayunas también ocurrió en mi primer embarazo y el endocrino no le dió importancia.
Mi pregunta viene a raiz de que la semana pasada, en la ecografía del 3er trimestre, se me indicara que el peso de la niña era de 2,400 kg y la ecógrafa anotara "macrosomía", cuestión con la que no estoy totalmente conforme, puesto que dependiendo de las tablas que he consultado dicho peso roza solamente el percentil 90 en algunas de ellas, quedando en otras tablas por debajo.
Al ver el término macrosomia, el endocrino me prescribió insulina, en dosis sumamente bajas (2 unidades antes de las comidas de accion rapida y 5 por la noche, de accion lenta). Lo justificó diciendo que si existía macrosomía era necesaria la insulina aunque los valores de glucemia fuesen normales.
No entiendo esta diferencia de criterio del endocrino con respecto a mi primer embarazo, ya que en este caso la niña pesa un poco menos, los valores medidos de glucemia postprandial son similares o mejores que en dicho embarazo, mi primera hija no llegó a macrosomía en aquella ocasión y no se me recetó insulina, incluso se me dijo que comiese un poco más, ya que estaba todo correcto...
¿por qué en esta ocasión es necesaria insulina, si ni siquiera la posible macrosomia es clara?
No tengo miedo a inyectarme insulina, ni por sus efectos ni por los pinchazos, pero un control tan estricto me genera mucho estrés, que estoy dispuesta a asumir si es totalmente necesario, pero no si no lo es.
Agradecería muchísimo opiniones acerca de si consideráis adecuada la prescripción de insulina en este caso (he decidido no empezar el tratamiento hasta no volver a consultar al endocrino, mañana día 22).
Perdón por haberme extendido tanto y muchas gracias!