Según las últimas investigaciones, los anticuerpos monoclonales podrían ser eficaces en el tratamiento de la diabetes tipo 1. Aunque por el momento sólo se aplica en las fases precoces de la enfermedad, los especialistas son optimistas y confían en lograr, en el futuro, un tratamiento sin necesidad de administrar insulina.
Los anticuerpos monoclonales ya han mostrado sobrada eficacia en el tratamiento de distintos tipos de tumores e incluso en el manejo de algunas alergias. Ahora le ha tocado el turno a la diabetes que ya ve en estos tratamientos una posible alternativa a la administración de insulina. "Las últimas investigaciones están demostrando que el empleo de anticuerpos monoclonales se revela eficaz en la ralentización de la destrucción pancreática que provoca la patología; las células beta del páncreas se conservan en mayor número y por más tiempo, por lo que la producción de insulina por parte del paciente se mantiene", explicó Luis Castaño, investigador de la Universidad del País Vasco, durante el 50º Congreso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Aunque los resultados son positivos, este tratamiento sólo se administra, por el momento, en los pacientes que se encuentran en la fase de debut de la enfermedad. Sin embargo, Castaño no descarta "que se logre un tratamiento para la diabetes tipo 1 sin necesidad de insulina".
Por otro lado, el tratamiento y diagnóstico de la diabetes tipo 2 cuenta ya con una nueva guía que fue presentada durante el congreso. Según Alfredo Yoldí, integrante del grupo de trabajo que elaboró el documento, uno de los aspectos más importantes es "el refuerzo del tratamiento preventivo a través de la dieta y el ejercicio físico para evitar el sobrepeso, una de las principales causas de aparición de diabetes". Del mismo modo, este especialista destaca la necesidad de realizar un cribado precoz de las complicaciones microvasculares para detectar la aparición de la enfermedad en las primeras fases.
Los nuevos datos confirman relación entre el déficit de yodo durante el embarazo y el desarrollo cerebral del bebé. "Se ha observado que los niños de madres que tuvieron hipotiroidismo inadvertido durante el embarazo, tienen un cociente intelectual más bajo", afirmó Manel Puig, vicepresidente de la SEEN. "También tenemos constancia de que valores de tiroxina bajos en la madre se asocian a una mayor frecuencia de TDAH. Por eso debemos garantizar que la reserva de yodo de las embarazadas sea suficiente", apuntó.
La rediferenciación en cáncer de tiroides podría ser eficaz en las neoplasias más agresivas
El 90 por ciento de los cánceres de tiroides se cura con la primera actuación terapéutica, es decir, cirugía con exéresis completa de la glándula tiroidea y administración de radioyodo o yodo radioactivo. Sin embargo, el objetivo para los especialistas está en hallar soluciones para el 10 por ciento de los casos en los que el radioyodo no es eficaz. "Las células cancerígenas tiroideas conservan las bombas de yodo que las células tiroideas normales utilizan para capturar el yodo circulante y utilizarlo para fabricar la hormona tiroidea; conforme algunos cánceres se van haciendo más agresivos pierden todas esas similitudes con las células tiroideas normales y el radioyodo, piedra angular de tratamiento, ya no es eficaz", explicó Manel Puig, del Servicio de Endocrinología del Hospital Clínic de Barcelona y vicepresidente de la SEEN, durante el 50º congreso de la sociedad. En este sentido, las líneas de investigación que se están desarrollando se dirigen a revertir esta situación a través de la rediferenciación, proceso por el que estas células vuelven a expresar las bombas de yodo y, por tanto, vuelven a ser susceptibles al tratamiento con radioyodo. "Algunos compuestos que ya se utilizan para otras patologías pueden administrarse en estos casos mediante uso compasivo. En los casos en los que el cáncer de tiroides provoca lesiones pulmonares y las células no captan radioyodo, una terapia con ácido retinoico logra la recaptura de radioyodo en un 30 ó 35 por ciento de los casos". En este sentido, ya se están desarrollando ensayos clínicos dirigidos a determinar qué porcentaje de pacientes podría lograr la recaptación de yodo a través de la rediferenciación con ácido retinoico.