Diabetes y fractura de cadera
Las fracturas de cadera constituyen uno de los problemas traumatológicos de la tercera edad. En las mujeres suelen ser factores concurrentes o condicionantes cuestiones tales como el sobrepeso, la osteoporosis y la artrosis de rodilla.
Pero una cuestión no tan difundida hasta el presente es el riesgo de sufrir fracturas en diabéticos tipo 1 y 2. Fue recién en los inicios de la década de los ’80 cuando comenzaron a publicarse diversas investigaciones que alertaron a la comunidad médica y la sociedad en general acerca de esta asociación.
No obstante, debido a ciertos resultados contradictorios, un grupo de científicos del Isfahan University of Medical Sciences (Irán), liderado por el Dr Mohsenb Kanghorbani, efectuaron una revisión completa y exhaustiva de los estudios en los que se analizó el riesgo de fracturas de cadera entre los diabéticos. Este análisis cuidadoso tuvo en cuenta los resultados observados en 836.941 pacientes, con edades de hasta 98 años.
Las conclusiones fueron claras. En diabéticos tipo 2, sin importar el sexo, el riesgo de fracturas de la articulación de la cadera fue un 70% mayor que el de individuos no diabéticos.
En el caso de los diabéticos tipo 1, el riesgo también estuvo aumentado, con valores de hasta 7 u 8 veces mayores que los de personas sin diabetes. Estos resultados fueron coincidentes, tanto en hombres como en mujeres, y también se comprobó que no había diferencias en los resultados de estudios europeos y estadounidenses.
A la hora de analizar los motivos del aumento del riesgo de fracturas entre los diabéticos, los autores mencionan:
alteración en la calidad ósea
afecciones relacionadas con la diabetes, como:
retinopatía diabética
neuropatía periférica
accidentes cerebrovasculares
hipoglucemia
Todos estos factores pueden incrementar el riesgo de caídas, que se suma a debilidad de las piezas óseas.
Un factor añadido de riesgo puede ser el sedentarismo, desafortunadamente muy frecuente, particularmente en personas mayores. La falta de actividad física en estos momentos de la vida favorece la debilidad muscular, y los trastornos de equilibrio y flexibilidad de articulaciones.
Por todo ello, adoptando las precauciones del caso, es importante considerar la actividad física en los diabéticos más jóvenes como una medida preventiva adicional frente a los riesgos de fracturas, que una vez que se producen alteran notablemente la calidad de vida.
Editora Médica Digital, octubre de 2007