Más de 30.000 andaluces tienen diabetes tipo 1. Una enfermedad autoinmune que destruye las células beta del páncreas, encargadas de producir insulina, el regulador de la glucosa. La mayoría de las personas que debutan con esta enfermedad tienen menos de quince años por lo que también se conoce como diabetes infantil. No se sabe qué la causa, pero no está provocada por comer mucho azúcar, tener obesidad o una vida sedentaria. Por eso, quienes tienen diabetes tipo 1 se sienten muchas veces incomprendidos. Como dicen ellos, quizás sea la enfermedad conocida más desconocida.
“Yo soy Elena, tengo ocho años, estoy en tercero de primaria y tengo diabetes”. Contado en primera persona o con el dolor que produce en el entorno más cercano. Es la difícil experiencia de convivir con la diabetes tipo 1, sobre todo, cuando quienes debutan con esta enfermedad, son niños. En Andalucía, hay 3.200 menores diagnosticados. Es una enfermedad metabólica que tiene una base autoinmune. Autoinmune quiere decir que los anticuerpos que se provocan, que se producen por el propio organismo, atacan las células que producen insulina y lo que acaban provocando es un déficit absoluto de la capacidad de producir insulina.
Y si el cuerpo no produce insulina, una hormona, no puede controlar el nivel de glucosa, lo que popularmente llamamos azúcar. Un nivel muy elevado en sangre puede llegar, incluso, a ser mortal. Un nivel muy bajo puede llevar al coma. La tipo 1 no tiene cura y representa entre un 10 y un 5 % de las diabetes. La más común y conocida es la tipo 2. Confundir ambos procesos provoca una visión distorsionada de la enfermedad.
La diabetes tipo 1 y la tipo 2 son dos enfermedades completamente diferentes que lo único que comparten es la glucosa alta. La base de la diabetes tipo 1 es la falta de capacidad de producir insulina. La diabetes tipo 2 es el resultado de la resistencia a la acción de la insulina, aspectos que provocan esta resistencia a lA insulina pues son, por ejemplo, la obesidad, el sobrepeso, el sedentarismo de modo que la gran diferencia es que los estilos de vida sí pueden evitar y prevenir la diabetes tipo 2 mientras la diabetes tipo 1 no está mediada por los estilos de vida.
Una fundación nacida en Andalucía, creada por unos padres que no se rinden y que se ha situado entre las más prestigiosas del mundo. Ya llevan recaudados 800.000 euros y financian cinco proyectos, entre ellos, el que lidera el investigador canadiense Benoit Gauthier, uno de los grandes especialistas en diabetes tipo 1. Cuenta con profesionales de la Fundación Progreso y Salud de la Junta de Andalucía que desarrollan su trabajo en este centro sevillano, el CABIMER. Su línea de investigación se basa en desarrollar moléculas y dianas terapéuticas que puedan revertir el proceso de la diabetes tipo 1. De hecho, ya han patentado una molécula con buenos resultados preclínicos.