Hace poco me enteré de que además de insulina, los tipo 1 tampoco producimos amilina.

La amilina es una hormona que las celulas beta liberan junto con la insulina y tiene tres funciones principales:

-Retrasa el vaciamiento del estómago (para que la comida “dure” más)

-Ayuda a evitar picos de glucosa después de comer (parando la liberación de glucagón)

-Reduce el apetito enviando señales de saciedad al cerebro.


Y claro… si no tenemos amilina, eso significa que nuestro cuerpo no manda bien la señal de “ya estás lleno”.

Eso explica muchas cosas, porque desde que tengo diabetes me cuesta mucho sentirme saciado. No tengo esa sensación de “ya comí suficiente”; sólo noto la presión en el estómago o la subida de azúcar como aviso de que me pasé.

Por eso muchas veces me pasa lo mismo: o no como nada, o como demasiado. Al final he aprendido a controlarlo no teniendo mucha comida en casa y comprando cada día lo justo, porque si empiezo, me cuesta parar.

No tenía idea de que esto tuviera una explicación hormonal tan clara.

Me parece importante comentarlo, porque a veces uno se culpa por “no tener control”, cuando en realidad nuestro cuerpo no tiene las mismas señales que el de una persona sin diabetes.