Alexander Zverev, el tenista profesional alemán, ha sido un ejemplo inspirador de cómo manejar la diabetes tipo 1 en el deporte de élite. Diagnosticado desde los tres años, Zverev ha enfrentado desafíos únicos, especialmente durante los torneos de Grand Slam como Roland Garros, donde las regulaciones sobre el tratamiento en la cancha difieren de los torneos ATP.
En los torneos ATP, Zverev puede administrarse insulina durante los descansos del partido sin problemas. Sin embargo, en Roland Garros, se le ha requerido abandonar la cancha para hacerlo, lo que ha planteado dificultades, ya que en partidos largos a cinco sets, puede necesitar varias dosis de insulina, más allá de los dos descansos permitidos para ir al baño.
La situación se complica aún más debido a las reglas de la Agencia Mundial Antidopaje, que cataloga la insulina como una sustancia prohibida, a menos que el atleta tenga una exención de uso terapéutico (TUE). Además, solo un médico puede administrar la insulina, lo que ha llevado a malentendidos y discusiones cuando Zverev ha intentado explicar su necesidad de autoadministrarse la dosis correcta.
Zverev ha abogado por una mayor comprensión y flexibilidad en las regulaciones, argumentando que su vida podría estar en peligro si no se le permite administrar su insulina de manera oportuna. Su caso resalta la importancia de adaptar las reglas deportivas para acomodar las necesidades médicas de los atletas, garantizando su bienestar mientras compiten al más alto nivel.
El manejo de la diabetes de Zverev no solo es un testimonio de su determinación y habilidad para competir al máximo nivel, sino que también se ha convertido en un referente para otros diabéticos que aspiran a ser profesionales en sus campos.
La historia de Zverev subraya la necesidad de visibilizar y normalizar la diabetes en el deporte de élite, promoviendo un entorno libre de estigma y malentendidos.
Esperamos que su participación en Roland Garros continúe sin más contratiempos y que su salud se mantenga estable durante su partido contra Etcheverry.