Álex Ruiz de 29 años es uno de los mejores jugadores de pádel del mundo.

Tal como ha contado en varias ocasiones y describe en su perfil de Instagram, a los 10 años fue diagnosticado con diabetes tipo 1.

Esta enfermedad crónica se caracteriza por aumentar los niveles de azúcar en sangre y obliga a inyectarse insulina porque su cuerpo no produce por sí solo esta hormona que se encarga de controlar los valores de glucosa.

Álex junto a Nacho Fernández, defensa del Madrid, el tenista Alexander Zverev y la jugadora de baloncesto Lauren Cox integra la lista de deportistas consagrados que padecen esta afección y son sinónimo de lucha.

De hecho, cuando le diagnosticaron la enfermedad a Ruiz le dijeron que su sueño de dedicarse a practicar algún deporte sería imposible.

Y si bien aún continúa este prejuicio y negación para las personas diagnosticadas con diabetes, el joven y sus colegas se convirtieron en grandes referentes de que se puede tener una profesión o cumplir un objetivo más allá de esta patología.

Álex Ruiz se sinceró sobre la diabetes tipo 1 que padece desde los 10 años y contó cómo afecta a su profesión.

"El cuerpo sufre un montón de cambios muy bruscos, que no te esperas, y tengo que darle mucha importancia a la recuperación y al dormir. El dormir y el comer bien afecta muchísimo a la glucemia", expresó en una entrevista con El Mundo.

Uno de los síntomas a nivel emocional que se debe controlar cuando se padece diabetes, según los especialistas, es el estrés y el agotamiento mental, los cuales suelen estar presentes antes y durante un partido de pádel.

En este sentido, Álex afirmó: "Me afecta mucho la presión y la tensión. Me desestabiliza. También sufro mucho por los cambios de horario y de clima".

Además, reveló sobre su enfermedad: “En todos los partidos me pasa algo. Es difícil por el tema del azúcar, que te quedas sin fuerza. Y luego al final de los partidos, por la tensión y los nervios, mi glucemia se dispara. Siempre". Y agregó: "Digamos que a partir de 250 miligramos de glucemia por decilitro en sangre los médicos te recomiendan que no realices ningún tipo de actividad porque puede ser peligroso, y yo al final de los partidos suelo estar en 300. Intento controlarlo y adaptarme”.

Luego, se refirió a los cambios que nota debido a esta afección: “El cuerpo cambia todo el rato y tengo herramientas para solventarlo, pero por ejemplo una dosis de insulina que antes me iba bien, a lo mejor ahora no me va bien. No hay un patrón que puedas establecer y seguir en tu día a día porque es un cambio constante".

Acerca de ser considerado un referente para los jóvenes que sufren de diabetes, manifestó: "Los niños tienen las mismas dudas que yo e intento ayudarles. Les puedo decir que me dedico a lo que me gusta y poder reflejar eso en la sociedad me enorgullece. No tengo una diabetes perfecta porque eso no existe, pero sí lo llevo lo mejor posible. Cada diabetes es un mundo y a lo mejor cosas que a mí me van bien a otra persona no".