Una comida baja en carbohidratos, a primera hora de la mañana, parece ayudar a controlar el azúcar en la sangre durante todo el día, según un estudio.
Cambiar el desayuno tradicional bajo en grasas, con avena, tostadas y frutas, a alimentos con bajo contenido en carbohidratos y mayor cantidad de proteínas y grasas, como los huevos con jamón o queso, puede ayudar a las personas con diabetes tipo 2 a controlar mejor su nivel de azúcar en sangre durante la mayor parte del día.
En un estudio que aparece en American Journal of Clinical Nutrition, la doctora Barbara F. Oliveira, de la Universidad de Columbia Británica, en Canadá, y directora del mismo, hace hincapié en que cambiar sólo una comida ayudó a mantener bajo control el nivel de azúcar en la sangre durante todo el día.
“No estamos hablando de una revisión completa de la dieta”, asegura la doctora Oliveira, y recuerda que “una de las muchas complicaciones para las personas que viven con diabetes tipo 2 son los aumentos rápidos en los niveles de glucosa en sangre, después de una comida. Nuestra investigación indica que una comida baja en carbohidratos, a primera hora de la mañana, parece ayudar a controlar el azúcar en la sangre durante todo el día”.
Es bien sabido que el control de los niveles de glucosa es fundamental para reducir las complicaciones de la diabetes 2, incluidas la inflamación y las enfermedades cardiovasculares, principal causa de morbilidad en estas personas.
En este sentido, insiste en que “las estrategias de tratamiento, que pueden ayudar a reducir las oscilaciones de glucosa después de las comidas y sus cambios rápidos, son cruciales para controlar esta afección. Hemos determinado que si la primera comida del día es baja en carbohidratos y alta en proteínas y grasas, podemos limitar los cambios hiperglucémicos«.
CARBOHIDRATOS EN DIABETES TIPO 2
Las dietas bajas en carbohidratos se han puesto de moda en los últimos años y se han reconocido como estrategia dietética para mejorar el control de la glucosa, subraya doctora Oliveira. Sin embargo, al igual que todas las dietas, es difícil de seguir, especialmente a largo plazo.
En lugar de pedirles a los pacientes de diabetes 2 que se comprometieran a que todas las comidas fueran bajas en carbohidratos, su equipo examinó la tesis de hacer sólo la primera comida del día baja en carbohidratos para ver cómo eso afecta la adherencia a la dieta y, lo que es más importante, cómo afecta a los niveles de glucosa en sangre.
En este trabajo de 12 semanas de duración participaron 121 voluntarios (53 % mujeres con edad media de 64 años) divididos en dos grupos. A uno de ellos se le aconsejó que comiera de una selección de desayunos bajos en carbohidratos que contenían cantidades aproximadas de 8 gramos de carbohidratos, 25 gramos de proteínas y 37 gramos de grasa, mientras que al otro grupo se le dijo que comiera de entre una selección de opciones bajas en grasas y altas en carbohidratos que contenían alrededor de 56 gramos de carbohidratos, 20 gramos de proteína y 15 gramos de grasa. Las dos opciones de desayuno en ambos grupos aportaron 450 calorías, cada una de ellas.
A todos los voluntarios se les proporcionó un dispositivo de monitoreo continuo de glucosa, que usaron durante el estudio y también se les realizaron análisis de sangre, antes y después de las 12 semanas, para medir sus niveles promedio de azúcar en sangre.
Los científicos también midieron su peso y la circunferencia de la cintura al principio y al final de la prueba. A medida que avanzaba el estudio, reconocieron saciedad, energía y niveles de actividad.
REDUCCIÓN DEL NIVEL DE GLUCOSA
La doctora Oliveira señala que, si bien no hubo diferencias significativas entre el grupo bajo en carbohidratos y otro en cuanto al peso, el índice de masa corporal o la circunferencia de la cintura, el grupo bajo en carbohidratos observó una reducción en los niveles de azúcar en sangre y algunos pudieron reducir su nivel de glucosa, bajando la medicación.
Las oscilaciones hacia arriba y hacia abajo en los niveles de glucosa en sangre, conocidas como variabilidad glucémica, con el grupo bajo en carbohidratos también fueron significativamente más bajas, lo que sugiere los beneficios de un desayuno bajo en carbohidratos para estabilizar los niveles de azúcar en sangre a lo largo del día.
Otro hallazgo interesante fue que las personas que eligieron el desayuno bajo en carbohidratos adoptaron una menor ingesta de calorías y carbohidratos en el almuerzo y durante el resto del día. Esto podría sugerir que un desayuno rico en grasas y proteínas, aunque bajo en carbohidratos, puede afectar los hábitos alimenticios diarios.
«Al hacer un pequeño ajuste en el contenido de carbohidratos de una sola comida en lugar de en toda la dieta, tenemos el potencial de aumentar significativamente la adherencia al mismo tiempo que obtenemos beneficios significativos», explica esta investigadora.