Hola,
Vivo en Valencia y quiero compartir un problema que podría afectar a muchos de nosotros a partir de ahora.
Mi hijo de 15 años, que padece diabetes tipo 1 desde hace 5 años, ha estado recibiendo BAQSIMI 3 MG POLVO NASAL en envase unidosis durante los últimos 2 años.
Recientemente, ha cambiado del endocrinólogo pediátrico al de adultos, y en su primera visita, después de mencionar que teníamos un BAQSIMI caducado, el médico nos recetó uno nuevo, aunque con ciertas reservas, y nos aconsejó solicitar en la farmacia uno con la fecha de caducidad más lejana posible.
Nos informó que este medicamento solo se prescribe a menores de 18 años, lo que es una lástima según el propio endocrinólogo. El precio del medicamento ha bajado de 200 a 106 euros en 1.5 años.
La receta requiere la aprobación de un inspector y solo es válida por un día. Esto podría complicar la renovación del medicamento en el futuro, ya que las visitas médicas son cada 6 meses o más, a menos que el medicamento tenga una larga vida útil. El principal problema que hemos encontrado es con la fecha de caducidad del BAQSIMI.
A pesar de pedir en nuestra farmacia habitual que nos proporcionaran uno con la fecha de caducidad más lejana posible, al recogerlo al día siguiente, descubrimos que caducaba en julio, ofreciéndonos solo 6 meses de vida útil.
Protestamos, ya que sabemos por internet que su vida útil es de 24 meses y el anterior que compramos caducó más de 15 meses después. Sin embargo, no nos ofrecieron alternativas y las excusas que nos dieron eran poco convincentes y contradictorias. Tras contactar con otras dos farmacias, descubrimos que todas tenían el medicamento con la misma fecha de caducidad.
Al consultar con la empresa distribuidora en España (LILLY), nos explicaron que, aunque se fabrica en EE. UU. y tiene una vida útil de 24 meses, es posible que cuando se adquiera tenga una fecha de caducidad menor, aunque siempre será de al menos 6 meses.
Nos parece inaceptable que se desperdicie la vida útil del BAQSIMI, ya que su valor es inversamente proporcional a esta, volviéndose completamente ineficaz cuando es corta, pues el principio activo desaparece y se recomienda desecharlo. Esto nos da la impresión de ser más un negocio para la industria farmacéutica y las farmacias que un beneficio para la sanidad y, sobre todo, para los pacientes diabéticos.
En la web de la Asociación de Diabéticos de Cataluña, se indica que solo se receta un BAQSIMI al año, lo que significa que la seguridad social no cubriría las necesidades de glucagón de los pacientes.
¿Cuál ha sido vuestra experiencia con la obtención de recetas de BAQSIMI? ¿Qué se puede hacer en el futuro?
¡Gracias!