Un estudio reciente sugiere que la variabilidad glucémica en niños con diabetes mellitus tipo 1 está más influenciada por la calidad del sueño que por la duración total del sueño. Los resultados destacan la importancia de promover hábitos de sueño saludables en los niños.
La diabetes mellitus tipo 1 es la enfermedad crónica infantil más frecuente. Varios estudios han investigado posibles relaciones entre esta enfermedad y el sueño. Por ejemplo, un estudio mostró que una duración subóptima del sueño puede contribuir a la resistencia a la insulina y afectar el metabolismo de la glucosa, lo que conduce a niveles elevados de glucosa en sangre. Por otro lado, una duración adecuada del sueño se asoció con un mejor manejo de un diabetes mellitus.
Un estudio examina la asociación entre la características del sueño y la variabilidad glucémica
Por lo tanto, un estudio transversal reciente examinó las características del sueño y su asociación con la variabilidad glucémica en niños con diabetes mellitus tipo 1. En total, 84 niños fueron incluidos en el estudio prospectivo. La edad media de los participantes fue de 10,5 años. Habían padecido diabetes mellitus durante un promedio de 3,1 años. El HbA1c promedio fue de 7,1%.
Los niños mostraron hipoglucemia durante el 6% del día y sufrieron hipoglucemia grave durante un promedio del 0,6% del día.
La mayoría con duración total del sueño subóptima
Aunque el 88,1% de los participantes dormían menos de lo recomendado para su edad (<9 horas para niños de 6 a 13 años y <8 horas para niños de 14 a 17 años), el tiempo total de sueño no mostró asociación con la variabilidad glucémica durante el día o la noche. Esto indica que el tiempo total del sueño no es el único factor que influye en los niveles glucémicos deseados en niños con diabetes mellitus.
Cronotipo vespertino y tiempo de hipoglucemia
Los científicos determinaron además los cronotipos de los participantes del estudio. Los cronotipos determinan las horas preferidas para acostarse y levantarse. Se clasifican en tipo matutino, normal/mixto y vespertino.
Los niños fueron clasificados en un 50% como tipo mixto, 45,2% como tipo vespertino y 4,8% como tipo matutino. Se asoció una preferencia vespertina más fuerte con una hipoglucemia más frecuente (p = 0,002). Los científicos sospechan que una causa de esto podría ser el hábito alimenticio poco saludable. Esto resultaría en niveles de glucosa en sangre subóptimos y un mayor riesgo de hipoglucemia.
Calidad del sueño y riesgo de resultados glucémicos pobres
Bajo la calidad del sueño, se agruparon varios parámetros objetivos como latencia del sueño, número de despertares nocturnos, eficiencia del sueño y vigilia nocturna.
La calidad del sueño fue clasificada como pobre en el 56% de los participantes. No difirió significativamente en función del sexo, la duración de la diabetes, la dosis total diaria de insulina, el nivel de HbA1c y el estadio de la pubertad. Los participantes que se encontraban dentro del rango objetivo de los valores de glucosa en sangre tenían un riesgo 2,9 veces mayor de tener una mala calidad del sueño (p = 0,023).
Menor variabilidad glucémica con mayor eficiencia del sueño
Se observó que una vigilia nocturna prolongada se asoció significativamente con hipoglucemias más frecuentes durante el día, así como con una mayor variabilidad glucémica durante la noche (p = 0,046 y p = 0,015, respectivamente). También se observó que los pacientes tenían un índice de glucosa en sangre más alto durante el día con una mayor latencia de entrada al sueño.
La eficiencia del sueño influye en el rango objetivo de glucosa
Además, despertarse con mayor frecuencia después de quedarse dormido también condujo a una mayor variabilidad glucémica y a una hiperglucemia nocturna más prolongada. También se asoció una menor eficiencia del sueño y una mayor latencia hasta el inicio del sueño con una mayor variabilidad glucémica durante la noche (p = 0,016 y p = 0,017, respectivamente).
Por otro lado, una mayor eficiencia del sueño se asoció con un nivel medio de glucosa en sangre más bajo durante la noche, una menor variabilidad glucémica durante la noche, un mayor tiempo en el rango objetivo de glucosa durante la noche y un menor tiempo de hiperglucemia nocturna.
Tener en cuenta los patrones de sueño y los cronotipos en el manejo de la terapia
En general, estos resultados muestran que tanto los patrones de sueño como los cronotipos individuales deben tenerse en cuenta en el manejo de la terapia de los niños con diabetes mellitus tipo 1. Mejorar la calidad del sueño y tener una conciencia consciente del cronotipo podrían tener efectos positivos en el resultado glucémico.