Las personas con diabetes de tipo II que bebieron kombucha durante cuatro semanas tuvieron niveles más bajos de glucosa en sangre en ayunas en comparación con cuando consumieron una bebida placebo de sabor similar, según los resultados de un ensayo clínico realizado por investigadores de la Escuela de Salud de la Universidad de Georgetown, la Universidad de Nebraska-Lincoln y MedStar Health, en Estados Unidos.
Este hallazgo, procedente de un ensayo piloto de viabilidad con 12 personas, apunta al potencial de una intervención dietética que podría ayudar a reducir los niveles de azúcar en sangre en personas con diabetes y también establece la base para un ensayo más amplio que confirme y amplíe estos resultados, según publican los investigadores en la revista 'Frontiers in Nutrition'.
La kombucha es un té fermentado con bacterias y levaduras que ya se consumía en China en el año 200 a.C., pero no se popularizó en Estados Unidos hasta la década de 1990. Su popularidad se ha visto reforzada por afirmaciones anecdóticas sobre la mejora de la inmunidad y la energía y la reducción de los antojos de alimentos y la inflamación, pero las pruebas de estos beneficios han sido limitadas.
"Algunos estudios de laboratorio y con roedores sobre la kombucha han resultado prometedores, y un pequeño estudio en personas sin diabetes demostró que la kombucha reducía el azúcar en sangre, pero que sepamos éste es el primer ensayo clínico que examina los efectos de la kombucha en personas con diabetes --afirma el doctor Dan Merenstein, autor del estudio, profesor de Ciencias Humanas en la Facultad de Salud de Georgetown y profesor de Medicina de Familia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Georgetown--. Hay que investigar mucho más, pero esto es muy prometedor".
"Un punto fuerte de nuestro ensayo fue que no le dijimos a la gente qué comer porque utilizamos un diseño cruzado que limitó los efectos de cualquier variabilidad en la dieta de una persona", destaca.
El diseño cruzado consistió en que un grupo de personas bebiera diariamente unas ocho onzas de kombucha o una bebida placebo durante cuatro semanas y, después de un periodo de dos meses para "lavar" los efectos biológicos de las bebidas, la kombucha y el placebo se intercambiaron entre los grupos con otras cuatro semanas de consumo de las bebidas. A ninguno de los grupos se le dijo qué bebida estaba tomando en ese momento.
La kombucha pareció reducir los niveles medios de glucosa en sangre en ayunas tras cuatro semanas de 164 a 116 miligramos por decilitro, mientras que la diferencia tras cuatro semanas con el placebo no fue estadísticamente significativa. Las directrices de la Asociación Americana de Diabetes recomiendan que los niveles de azúcar en sangre antes de las comidas se sitúen entre 70 y 130 miligramos por decilitro.
Los investigadores también analizaron la composición de los microorganismos fermentadores de la kombucha para determinar qué ingredientes podían ser los más activos. Descubrieron que la bebida estaba compuesta principalmente por bacterias del ácido láctico, bacterias del ácido acético y una forma de levadura llamada Dekkera, y que cada microbio estaba presente en la misma proporción; el hallazgo se confirmó con la secuenciación genética del ARN.
"Diferentes estudios de diferentes marcas de kombucha de diferentes fabricantes revelan mezclas y abundancias microbianas ligeramente diferentes --apunta Robert Hutkins, doctor de la Universidad de Nebraska-Lincoln y autor principal del estudio--. Sin embargo, las principales bacterias y levaduras son altamente reproducibles y es probable que sean funcionalmente similares entre marcas y lotes, lo que fue tranquilizador para nuestro ensayo".
Según destaca el doctor Chagai Mendelson, autor principal que trabajaba en el laboratorio de Merenstein en Georgetown mientras completaba su residencia en MedStar Health, con el trabajo aportan pruebas preliminares de que una bebida común podría tener un efecto sobre la diabetes. "Esperamos que un ensayo mucho más grande, utilizando las lecciones que aprendimos en este ensayo, podría llevarse a cabo para dar una respuesta más definitiva a la eficacia de la kombucha en la reducción de los niveles de glucosa en sangre, y por lo tanto prevenir o ayudar a tratar la diabetes tipo 2", concluye.