Al menos, un 12 por ciento de la población adulta padece enfermedad renal crónica y la diabetes es la causa más importante. "Esta enfermedad reduce en varios años la esperanza de vida de la persona con diabetes y aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares y la mortalidad. Además, incrementa el riesgo de afectación ocular (retinopatía) y de los nervios (neuropatía)", apunta el endocrinólogo Manuel Antonio Botana López, miembro del Área de Diabetes de la SEEN, quien incide en que un diagnóstico precoz de la enfermedad renal diabética contribuye a que puedan implementarse medidas focalizadas en evitar la progresión.
"El correcto control glucémico, de la tensión arterial y otros factores como el peso corporal o las cifras de colesterol ayudan a la prevención de esta patología". En la actualidad existen también fármacos muy útiles para la prevención o el tratamiento en fases precoces, por lo que "la identificación mediante la búsqueda activa del problema cuando no se producen síntomas es fundamental".
La enfermedad renal diabética es la afectación renal que aparece como consecuencia de padecer diabetes durante un período más o menos prolongado de tiempo. "En general, se define como la enfermedad que empieza con una pérdida de albúmina por la orina y, posteriormente, con la disminución del filtrado glomerular, pero actualmente se conoce que existe un tipo de enfermedad renal diabética con albuminuria y otro sin ella", explica el especialista.
El doctor Botana apunta que los síntomas no suelen producirse hasta que el proceso está muy avanzado con la consecuente repercusión grave en la función renal. Asimismo, el endocrinólogo mantiene que, aunque no tiene curación, un manejo adecuado puede ralentizar la evolución y la progresión. "En las fases iniciales, si se corrigen los factores predisponentes o agravantes, se puede conseguir una regresión de la disfunción", explica.
Tal y como recuerda, el endocrinólogo desempeña una función "esencial" en el abordaje de los pacientes con enfermedad renal diabética como responsable del control de las personas con diabetes junto con los médicos de Atención Primaria. "Ese control incluye todos los factores metabólicos y predisponentes a la enfermedad renal diabética para la prevención y la detección precoz de la misma", mantiene el experto.
El doctor Botana sostiene que el mayor avance en relación a la enfermedad renal diabética son los inhibidores de SGLT2, que ayudan en la prevención y el retraso de la evolución de esta patología. "En un futuro próximo llegarán fármacos que, con otros mecanismos de acción, serán también útiles, pero el desafío en la actualidad sigue siendo la detección precoz y conseguir que los factores de riesgo para la aparición de la enfermedad renal diabética estén lo mejor controlados posible", finaliza.