La xerostomía no es otra cosa que la resequedad constante de la boca y la diabetes suele estar relacionada con esta condición debido a los altos niveles de glucosa en la sangre
La resequedad de la boca se da por la poca producción de saliva y puede llevar a las personas a sufrir de úlceras, infecciones bucales o caries; además, indican que estas consecuencias pueden ser mucho peores si quien las experimenta consume cigarrillo.
Según los expertos, las personas que padecen diabetes deben tener un control estricto sobre la glucosa, pues el no hacerlo, aparte de los problemas que se puedan presentar en la boca, se pueden desencadenar otros malestares en el resto del cuerpo.
Así mismo, es necesario cepillar los dientes varias veces al día y hacer uso constante de la seda dental; de igual manera, no debe descuidar sus visitas al odontólogo y acudir a los chequeos de rutina.
Es clave señalar que las personas que padecen diabetes son más propensas a sufrir periodontitis, enfermedad que afecta los tejidos de los dientes, provocando, en algunos casos, la pérdida de algunas piezas dentales.
De igual manera, quienes sufren de manera simultánea diabetes y periodontitis, tienen un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiacas, por lo que es importante estar monitoreando su nivel de glucosa en la sangre, su higiene bucal y el estado de su corazón.
La mayoría de los alimentos que se comen se convierten en azúcar (también llamada glucosa). Es el azúcar principal que se encuentra en la sangre y es una gran fuente de energía muy benéfica para la mayoría de las células del cuerpo, así como para las del cerebro.
De acuerdo con Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Estados Unidos, el páncreas es partícipe de este proceso, pues produce una hormona llamada insulina, que actúa como una llave que permite que el azúcar en la sangre entre correctamente a las células del cuerpo para que estas lo usen.
La glucosa proviene de los alimentos que se consumen y aunque es importante, es mejor consumirla de manera moderada. De hecho, esta puede ser medida en la sangre y, para aquellos que padecen enfermedades derivadas del azúcar, es importante tomarla frecuentemente.
Para mantener los niveles de glucosa estable es necesario hacer actividad física diaria y llevar una dieta balanceada. Esto se debe tener en cuenta, pues cuando los niveles de azúcar no son saludables o están fuera de control, pueden generar efectos permanentes y graves en la salud de las personas.
Teniendo en cuenta lo anterior, el portal especializado Healthline listó algunas formas eficaces con las que es posible bajar los niveles de glucosa en la sangre:
1. Controlar los carbohidratos: eso no quiere decir que se deban eliminar completamente los carbohidratos, sino que las porciones deben ser moderadas. Para esto es importante consultar a un nutricionista para recibir un plan de comidas especializado y las recomendaciones profesionales correctas.
2. Beber agua: la deshidratación es uno de los problemas que pueden elevar el azúcar en la sangre. “Menos agua en el cuerpo significa que hay una mayor concentración de azúcar en la sangre”, explica el Centro Nacional para la Prevención de Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud de Estados Unidos.
3. Hacer ejercicio: un estudio realizado por investigadores del Centro Médico de la Universidad de Leiden, Países Bajos, concluyó que hacer ejercicio por la tarde o por la noche se asocia con una menor resistencia a la insulina y, como consecuencia, un mejor control del azúcar en la sangre.
4. Incrementar la ingesta de fibra: controla la glucosa debido a que el cuerpo no puede absorber y descomponer la fibra, por lo que no se genera un aumento súbito en el nivel de azúcar en la sangre, como lo hacen otros carbohidratos. Esto puede ayudar a mantener la glucosa en los valores deseados.
5. Controlar el estrés: en el estudio The Australian diabetes, obesity and lifestyle, investigadores australianos observaron que el estrés está relacionado estrechamente con el metabolismo anormal de la glucosa. Esta condición la identificaron de manera especial en mujeres, quienes presentaron mayores niveles de tensión y preocupaciones.