Las embarazadas que no padecen diabetes pero dan a luz a un bebé grande para su edad gestacional tienen un mayor riesgo de desarrollar prediabetes o diabetes de tipo 2 entre 10 y 14 años después, según un nuevo estudio publicado en el ‘American Journal of Obstetrics & Gynecology’.
Los estudios demuestran que la diabetes durante el embarazo, también conocida como diabetes gestacional, aumenta el riesgo de que una mujer embarazada desarrolle diabetes de tipo 2 más adelante. La diabetes gestacional es también una causa frecuente de bebés grandes para la edad gestacional (PEG).
Se considera PEG a los bebés que pesan más del 90% de todos los bebés de la misma edad gestacional. Estos bebés tienen más probabilidades de ingresar en la unidad de cuidados intensivos neonatales y desarrollar complicaciones de salud más adelante, como obesidad y diabetes de tipo 2. Lo que no se había estudiado hasta ahora es si una persona que no padece diabetes gestacional pero da a luz a un bebé PEG también corre el riesgo de desarrollar diabetes más adelante.
Los investigadores utilizaron datos del Estudio de Seguimiento de la Hiperglucemia y los Resultados Adversos del Embarazo (HAPO). El HAPO, un estudio observacional, examinó la tolerancia a la glucosa en una cohorte amplia, multinacional y racialmente diversa en su tercer trimestre de embarazo; el Estudio de Seguimiento analizó la asociación entre la diabetes gestacional y los resultados de salud a largo plazo de las embarazadas y sus hijos.
Resultados del estudio
Entre las 4.025 mujeres que no tenían diabetes gestacional, el 13% (535 personas) tuvo un bebé PEG; el 8% (314 personas) tuvo un bebé pequeño para la edad gestacional (PEG); y el 79% (3.176 personas) tuvo un bebé de edad media para la edad gestacional (PEG) o de crecimiento normal.
Los datos revelaron que entre 10 y 14 años después del parto, al 20% (791 personas) se les diagnosticó prediabetes o diabetes y que la frecuencia de prediabetes o diabetes era mayor entre las personas que tuvieron un parto PEG (24,8%) en comparación con las que tuvieron un parto PEG (15,4%) o, lo que es aún más importante, las que tuvieron un parto AGA (19,7%).
El mayor riesgo de diabetes y prediabetes con un bebé PEG se produjo incluso después de que los investigadores ajustaran los factores de riesgo de desarrollar diabetes de tipo 2, como la edad, la obesidad, la hipertensión arterial y los antecedentes familiares de diabetes.
"A menudo, en la práctica clínica, cuando vemos bebés grandes y la persona no tiene diabetes gestacional, no hablamos de las consecuencias para la salud de la madre en el futuro", dice el autor principal del estudio, Kartik K. Venkatesh, subespecialista en medicina materno-fetal y profesor asistente de obstetricia y ginecología y profesor asistente de epidemiología en el Centro Médico Wexner de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos).
"Pero esta investigación sugiere que también puede haber consecuencias para la salud de la persona embarazada, incluso sin diabetes gestacional, cuando tiene un bebé de tamaño superior al normal –añade–. Por eso es tan importante seguir a grandes grupos de personas y a sus bebés, independientemente de que hayan tenido diabetes gestacional o no, durante un largo periodo de tiempo".
Según apunta, "La implicación real de esta investigación es que tenemos que dejar de pensar en la atención durante el embarazo como una atención episódica, estableciendo estas conexiones entre el embarazo y los resultados de salud a largo plazo en madres e hijos para poder ver el panorama completo".